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Miguel Servet

Mártir de la libertad de conciencia

Villanueva de Sijena, 1511 – Ginebra, 1553

Hijo del notario Antón Serveto, de familia infanzona, Miguel mostró desde niño talento y aplicación para las letras: aprendió latín, griego y hebreo en la abadía de Montearagón y más tarde estudiaría Derecho y Teología en Toulouse. Llamado por su pariente Juan de Quintana, que llegaría ser confesor de Carlos I, le acompañó como paje y secretario por Alemania e Italia. En 1530 presenció la coronación del rey Carlos como emperador en Bolonia: tanta ostentación le parecía indigna del auténtico espíritu cristiano. También estuvo con Quintana en ciudades como Granada y Valladolid (donde asistió a procesos de la Inquisición) y acudió a la Dieta de Augsburgo, donde pudo comprobar la imposibilidad de entendimiento entre el catolicismo y el luteranismo.

Vida

La Reforma pregonada por sectores del clero era ya una mecha prendida en Europa. Serveto se sentía próximo a las propuestas moderadas de Erasmo de Róterdam. Había conocido a reformistas en Toulouse: le interesaban sus ideas, pero no comulgaba con ellas, planteándose interrogantes, cuestionando muchas cosas y sin creerse nada del todo. Con apenas veinte años viaja por ciudades de Centroeuropa, conoce a los reformistas Ecolampadio en Basilea y Bucero en Estrasburgo y convence a un impresor para publicar su tratado de teología Siete libros de los errores sobre la Trinidad. El libro desata las iras de protestantes y de católicos. Desde España, la Inquisición intenta que se entregue para ser juzgado. El aragonés no solo no se retracta, sino que en Diálogos sobre la Trinidad y sobre la justicia en el reino de Cristo se reafirma en sus tesis: reconoce a un Dios único, pero niega el dogma de la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo), del que no ve referencias en la Biblia, y mantiene que Jesús, el hijo de Dios, es humano, un intermediario para que el hombre conozca a Dios.

Tras conocer al reformista Juan Calvino en París, con quien muy pronto chocará, cambia de nombre y, como Michel de Villeneuve, se instala en Lyon donde trabaja como corrector de pruebas en una imprenta. Adquirió conocimientos sobre Medicina, Filosofía y se ganó prestigio con reediciones como la Geografía de Ptolomeo. Estudia Medicina en París, donde aprende anatomía con Vesalio, practica disecciones y escribe sobre jarabes.

En la capital francesa imparte clases sobre Geografía, Astronomía y Astrología. Heterodoxo para todos, su Discurso en pro de la astrología desata nuevas iras (su libro es quemado), viaja a Montpellier a ampliar estudios y reanuda su relación con los impresores de Lyon; para ellos edita y corrige libros científicos y biblias. Ejerce como médico en Charlieu y, desde 1540, en Vienne del Delfinado. Ahí se naturaliza como francés.

Vive tranquilo en Vienne, pero no cesa en sus proyectos. Calvino, que ya es jefe político y religioso en Ginebra, le manda su libro Institución cristiana, y el aragonés se lo devuelve lleno de tachaduras y anotaciones, junto con una copia de su libro Restitución del cristianismo (editado en secreto con las iniciales MSV), que termina de enemistarle con el líder reformista. En esa obra, Servet insiste en sus teorías contra el dogma de la Trinidad, explica que todo lo que existe en el mundo emana directamente de Dios, considera que el hombre es incapaz de pecar hasta los veinte años y que los sacramentos (tan solo bautismo y eucaristía son imprescindibles) deben administrarse a partir de esa edad. Propone suprimir la burocracia y la jerarquía en la Iglesia, con un contacto más directo del creyente con Dios.

Obra

La obra de Servet es un canto a la tolerancia religiosa. Comparte argumentos con diferentes facciones protestantes, pero es visto con desconfianza (e incluso con hostilidad) por muchos de sus líderes. En la Restitución del cristianismo describe la circulación menor o pulmonar de la sangre. Para Servet, el alma reside en la sangre y al pasar por los pulmones es revitalizada por el espíritu de Dios, que está en el aire.

Todo esto era un escándalo para muchos. Las ideas expuestas por Servet en su obra cumbre van a ser condenadas, sus ejemplares serán incautados y destruidos. Las incógnitas sobre la autoría anónima serán pronto despejadas a causa del ejemplar enviado tiempo atrás a Calvino.

Servet fue apresado en Vienne, pero consiguió escapar. Sentenciado a muerte, se quemó en esa ciudad un monigote representándole junto a sus libros. Después de cuatro meses en paradero desconocido, se le reconoció en Ginebra y fue delatado a Calvino. Juzgado por hereje en un proceso irregular, un tribunal le condenó a morir en la hoguera. El 27 de octubre de 1553, en el barrio ginebrino de Champel, ardió a fuego lento, entre enormes sufrimientos, uno de los paladines de la libertad de conciencia.

Referencias

  • Obras Completas, en seis volúmenes, editadas por Ángel Alcalá, entre 2003 y 2006 por Prensas Universitarias de Zaragoza.
  • José Luis Cano (2002): Miguel Servet y el doctor de Villeneuve. Zaragoza: Xordica.
  • Antón Castro (1993): “Miguel Servet o la transparencia del mal”, en Aragoneses ilustres, ilustrados e iluminados (66-71). Zaragoza: Gobierno de Aragón.
  • Gran Enciclopedia Aragonesa on line: http://www.enciclopedia-aragonesa.com/monograficos/biografias/miguel_servet/default.asp
  • Podcast del programa “Acontece que no es poco”, de Nieves Concostrina en la SER dedicado a Servet.

Actividades didácticas

El tiempo de Servet

A Miguel Servet le tocó vivir una época de grandes cambios. En la primera mitad del siglo XVI se consolidaron tendencias esbozadas en siglos anteriores, que pilotarán el paso de la Edad Media a la Edad Moderna.

Busca estas definiciones: Humanismo – Renacimiento – antropocentrismo

El Humanismo, ligado al Renacimiento como movimiento cultural y artístico, supera los planteamientos de la escolástica medieval: el hombre pasa ahora a ser el centro.

El feudalismo da paso a la formación de poderes fuertes y centralizados y los reyes se imponen a los señores: más bien los ponen a su servicio. La monarquía autoritaria se generaliza como concepción del poder, y tiene en la Iglesia un firme aliado.

Pese a esa consideración de que Dios ya no está en el centro de todo, sigue habiendo una alianza decisiva entre la autoridad política y el poder religioso. Incluso aunque a veces entren en competencia, ambos poderes son conscientes de que se necesitan mutuamente.

Además de la perspectiva global construida gracias al contacto con un nuevo mundo al otro lado del Atlántico, el campo de las mentalidades tuvo un gran estímulo con la invención de la imprenta. El flujo de conocimientos y el intercambio de ideas adquirieron mayor velocidad y llegaron a más gente. Ese mayor acceso a la cultura motivó que muchos dogmas fuesen cuestionados y, con ellos, algunas instancias de poder.

Desde el norte de Europa llegan corrientes de pensamiento religioso que se replantean algunas de las doctrinas del catolicismo. Sin llegar a enfrentarse a ellas, Erasmo de Róterdam promueve una religiosidad alejada de ceremonias, personal, basada en la sencillez de los orígenes, fiel a las escrituras. Erasmo fue muy influyente… no solo en Servet. En el reino de Aragón (que ya había tenido contacto con el humanismo italiano), muchos científicos y pensadores se sentirán atraídos por sus ideas.

En ella, puedes leer breves biografías de Juan Sobrarias, Gaspar Lax, Pedro Sánchez Ciruelo, Fernando de la Enzina, Miguel Mezquita y Miguel Donlope. ¿En qué disciplinas destacaron? ¿Qué consecuencias tuvo en sus vidas el mantener opiniones al margen de lo oficial y autorizado? Indaga un poco más en la vida de alguno de ellos, el que prefieras.

Erasmo abrirá uno de los canales por los que el fraile alemán Martín Lutero y otros, como Juan Calvino (enemigo declarado, y de qué manera, de nuestro protagonista), circularán con mayor estrépito.

La Reforma protestante. Un asunto religioso… y político

En 1517, el agustino Martín Lutero clavó en la puerta de la iglesia de Wittenberg (en cuya Universidad enseñaba Teología) unas hojas con las llamadas “noventa y cinco tesis”, en las que cuestionaba prácticas ejercidas por la Iglesia, denunciaba el lujo y la corrupción de su jerarquía, ponía en duda muchos dogmas, e invitaba al debate.

Cita las principales ideas que reflejaba Lutero en sus tesis.

Lutero se opone al poder del Papa y a su monopolio en la interpretación de la Biblia. Reclama la reforma de la curia, la supresión del celibato y de los sacramentos (excepto el Bautismo y la Eucaristía).

El documento tuvo una amplia difusión gracias a las técnicas de imprenta y distribución. La Iglesia católica, habituada desde siglos atrás a participar en el poder temporal y a administrar influencia, encajó muy mal ese desafío que, realmente, afectaba también a los poderes políticos vigentes.

Muchos príncipes alemanes aprovecharon la situación para oponerse al emperador. Esa dignidad estaba en manos de Carlos, titular por herencia de la monarquía hispánica y del Imperio alemán. Los intentos por acercar posturas (como la Dieta de Augsburgo) fracasaron y muchos pensadores (el propio Servet, como hemos visto) se vieron atraídos por la Reforma. Pero muchos de ellos (Calvino y otros) también van a caer en el dogmatismo y en la creencia de que solo a ellos asiste la razón.

Europa se va a ver durante décadas envuelta en guerras de religión. En 1555, la Paz de Augsburgo dejó fijado que cada príncipe alemán podría elegir su propia religión, que sería la de sus súbditos.

La respuesta teológica a la Reforma vino de la propia Iglesia católica: el concilio de Trento (1545-1563) buscó aclarar puntos doctrinales y organizativos, corregir abusos y mejorar la formación y cuidado de la moral de los clérigos. Pero fracasó a la hora de tender puentes con los reformistas: de Trento surgirá la Contrarreforma, la Iglesia se encierra más en sí misma y se potencian mecanismos represivos como el Tribunal de la Inquisición.

La coronación del emperador Carlos

Como se ha dicho, el joven Serveto quedó impactado (negativamente) por la pompa y boato que rodearon a la coronación del emperador Carlos en Bolonia, con la sumisión de una Iglesia a la que veía muy alejada del auténtico espíritu cristiano.

Ese hecho tuvo una manifestación artística muy notable en un lugar que merece la pena ser visitado: Tarazona. Su casa consistorial, un magnífico palacio renacentista construido a mediados del siglo XVI, muestra un friso que representa ese acontecimiento.

Y si puedes verlo en vivo, mucho mejor. Esa ciudad aragonesa y su entorno, en las cercanías del Moncayo, tienen muchas cosas que ver.

Los equívocos sobre su origen

Todavía hay alguna biografía de Miguel Servet en la que se sitúa su nacimiento en Tudela (Navarra), y también se data el mismo en 1509. Pero no: Miguel Serveto Conesa nació en Villanueva de Sijena en 1511. Los equívocos obedecen a que él mismo se vio obligado a jugar al despiste en su azarosa vida, se ocultaba bajo pseudónimos y acrónimos en la autoría de textos polémicos que podían causarle problemas, impostaba nombres y colocaba datos falsos en los procesos judiciales… Así, encontramos referencias como Michael Servetus, Michael Villanovanus, Michel de Villeneuve o M.S.V.

Lo que también hizo fue eliminar la “o” final de su apellido (Serveto, lugar del valle de Chistau de donde procedía su familia). Durante un tiempo también se pensó que ese juego de identidades ocultas obedecía a un origen judeoconverso que consideraba oportuno esconder, pero no parece ser el caso, pese a que su rama materna sí que tenía vínculos con el linaje de los Zaporta.

Otra visita imprescindible: Villanueva de Sijena. La localidad donde nació Miguel Servet cuenta dentro de su patrimonio con un Monasterio que ha atravesado enormes vicisitudes y que hoy día merece la pena ser visitado. Por supuesto, la casa natal de nuestro protagonista, que es sede del Instituto de Estudios Sijenenses Miguel Servet:

La circulación pulmonar de la sangre / Servet, perseguido hasta después de muerto

Miguel Servet ha pasado a la Historia por algo que, en realidad, fue secundario dentro de su obra y su pensamiento. Quizá por eso pasó desapercibido durante siglos. En el libro V de la Restitución del Cristianismo describe la circulación menor o pulmonar de la sangre: esta es impulsada desde el corazón hacia los pulmones (a través de las arterias pulmonares), donde es oxigenada y devuelta por las venas al corazón; desde ahí es distribuida a todas las partes del cuerpo para regresar una vez que ha bajado la concentración de oxígeno y reiniciar el ciclo.

Puede resultar extraño que en un tratado de Teología se describa un proceso anatómico. Según la Biblia, el alma se encuentra en la sangre, inyectada por Dios a través de la respiración. Servet cree que para entender el alma humana hay que conocer antes el funcionamiento de la circulación sanguínea por el cuerpo.

En el siglo XIII, el médico egipcio Ibn an-Nafis había anticipado esa teoría. Hay constancia de que su manuscrito, olvidado durante siglos, estaba en Venecia en 1521, y bien pudo haber sido conocido algo más tarde por Servet. Este, en fin, fue el primero en describir ese proceso en Occidente. Pese a todo, el mérito se atribuiría más tarde al inglés William Harvey, quien había hecho la misma descripción en 1616 (varias décadas después de la muerte de Servet). Sería el filósofo y matemático alemán Gottfried Leibniz (uno de los grandes pensadores racionalistas del siglo XVII) quien recuperaría la memoria del aragonés. Un Servet al que, incluso después de muerto, persiguió el aire de hombre maldito y clandestino.

Tras su muerte, las autoridades calvinistas, los inquisidores católicos y protestantes, en Francia, en Alemania… intentaron destruir toda la obra de Servet. En algunos círculos clandestinos (Basilea en Suiza, Padua en Italia…) se intentó preservar su legado. Tan solo tres originales de la Restitución del Cristianismo (de los ochocientos que se imprimieron) han llegado a nuestros días. Los ilustrados del siglo XVIII, con Voltaire a la cabeza, le reivindicaron como paladín de la libertad de conciencia.

Servet hoy

Miguel Servet responde al perfil del auténtico humanista, interesado en múltiples saberes y conocimientos, dispuesto siempre a aprender y a experimentar. Suma a ello la valentía, la firmeza (que algunos podrían llamar arrogancia, soberbia e insolencia), la certeza en sus planteamientos incluso a la hora de expresar sus múltiples dudas. La coherencia y la fe en su derecho a expresar libremente sus ideas terminarían costándole la vida, pero le reservaron un lugar en la posteridad.

Hoy día, se reconocen los méritos y la genialidad de Miguel Servet, quien da nombre al principal complejo hospitalario de nuestra comunidad autónoma (ese al que muchos zaragozanos siguen llamando “la Casa Grande”). Como dice Ángel Alcalá, “desconocerle es crimen de lesa patria aragonesa”.

Busca referencias a Miguel Servet en diferentes ámbitos cotidianos, en Aragón, y fuera de Aragón (calles, premios, monumentos, etc.).

Miguel Servet y el doctor de Villeneufve

Descarga desde este enlace el PDF de la publicación editada por la editorial Xordica con el patrocinio de la Obra Social de Ibercaja.

Aragoneses ilustres, ilustrados e iluminados

Descarga desde este enlace el PDF de la publicación Aragoneses ilustres, ilustrados e iluminados, de Antón Castro y José Luis Cano, editada por el Gobierno de Aragón en 1993.

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