Seleccionar página

Miguel Labordeta

Se busca… poeta ciudadano del mundo

Zaragoza, 1921 – 1969

El mejor poeta aragonés del siglo XX vivió sus primeros años en una Zaragoza en transformación. Junto a las temporadas de vacaciones en las tierras de Belchite, donde tenía raíces su madre, Sara Subías, la infancia de Miguel tenía su microcosmos en los barrios cercanos al Mercado Central. En ese entorno, en la calle del Buen Pastor, se insertaba el caserón de los Gabarda, que acogía al hogar familiar y al colegio Santo Tomás de Aquino, regentado por el padre, don Miguel Labordeta, profesor de latín, católico, liberal y republicano.

Ese mundo quedó cortado salvajemente por el estallido de la Guerra Civil. El miedo se instaló en la casa, con la amenaza de una detención planeando sobre el padre y con militares heridos, refugiados, parientes… pasando por ahí. Acabó la guerra, pero la paz nunca llegó. El joven Labordeta, mayor de cinco hermanos, estudió Filosofía y Letras y marchó a Madrid a hacer el doctorado. Aunque abandonaría la carrera académica, en la capital de España asistió a tertulias, contactó con escritores y absorbió multitud de influencias que hará suyas.

Vida

En 1947 volvió a Zaragoza. “Me vomité en la zaragozana gusanera”, recordaría más tarde. Fue llamado a filas, destinado a Jaca y más tarde a su ciudad. Aquí se puso a trabajar como profesor de Historia e Inglés en el Santo Tomás y ya en 1948 publicaba su primer libro de poesía: Sumido 25. El volumen se abría con un poema titulado “Espejo” y con el verso: “Dime, Miguel, ¿quién eres tú?”. Ahí, en palabras de Antón Castro, “iniciaba la aventura existencialista de la búsqueda del ser con un lenguaje caudaloso que participaba del desorden y de la desmesura surrealista. Poseía una imaginación poderosa, hondura y estremecimiento”.

No era una poesía fácil ni popular: Labordeta se acercaba a la vanguardia desde raíces barrocas y románticas en sus nuevos poemarios Violento idílico y Transeúnte central. Ese ciclo poético se cerró en 1951 con Epilírica, cuya publicación no pudo llevarse a cabo hasta 1961 por los problemas con la censura.

Obra

En esos diez años habían pasado muchas cosas. A la muerte de su padre en 1953, se había hecho cargo de la dirección del colegio familiar junto a su hermano Manuel. Pese a no sentir una especial vocación pedagógica, se sintió llamado a proseguir la labor de don Miguel, promoviendo iniciativas como la revista escolar Samprasarana, pero muy absorbido por la burocracia. Quizá le faltaba mano izquierda con unas autoridades que le ponían trabas en la gestión del colegio, al que ahogaban las deudas.

Tímido con las mujeres, enamorado sin respuesta de una joven idealizada bajo el nombre de Berlingtonia, Miguel Labordeta era un hombre esquivo a las relaciones sociales, poco amigo de postureos y un tanto arisco, pero tierno y cariñoso. Pese a relacionarse (sobre todo de forma epistolar) con grandes escritores y artistas, desde el escultor Pablo Serrano (autor de un busto del poeta) al dramaturgo Francisco Nieva pasando por los poetas Vicente Aleixandre, Gabriel Celaya, Ignacio Aldecoa o Jorge Guillén, entre otros muchos… se sentía aislado y poco reconocido. A ello contribuyó el fracaso de su obra teatral Oficina de Horizonte: se estrenó a finales de 1955 en una sesión matinal del Argensola. Con escenografía del artista vasco Agustín Ibarrola y un fondo surrealista, se le hizo el vacío desde la cultura oficial y las posibilidades de promoción y representación quedaron muy limitadas.

Café Niké

El poeta proyectó gran parte de su sociabilidad en un entorno más puramente creativo, al impulsar una importante tertulia literaria en el café Niké. A ese céntrico local zaragozano se acercaron durante años decenas de personas de la cultura. Julio Antonio Gómez, Raimundo Salas y Guillermo Gúdel le acompañaron en los primeros tiempos de la tertulia, a la que se sumarían jóvenes (y no tan jóvenes) poetas como Manuel Pinillos, Luciano Gracia, Emilio Gastón, Ignacio Ciordia, Rosendo Tello, Fernando Ferreró, Raimundo Salas, Benedicto Lorenzo de Blancas, José Antonio Rey del Corral, Vicente Cazcarra, José Antonio Labordeta… dramaturgos como Eduardo Valdivia, pintores como José Orús, gentes del cine como Manuel Rotellar, Emilio Alfaro, José Luis Pomarón o Antonio Artero, etcétera.

Ahí instaló Miguel su Oficina Poética Internacional, desde la que lanzó manifiestos y extendía sus carnets de ciudadanos del mundo. Propuestas imaginativas, bromas e ironía formaban parte del menú del Niké. Entre los integrantes de la OPI habían de salir muchas iniciativas: las revistas Despacho Literario, Papageno y Orejudín, varias editoriales (Coso Aragonés del Ingenio, Javalambre) y colecciones literarias (Poemas, Fuendetodos) de las que salieron decenas de libros de poesía, ensayo, narrativa, teatro, crítica…

Miguel Labordeta hubiese querido escribir más. Lo hacía en revistas (su antología Memorándum salió en 1959 como número 5 de Orejudín), pudo publicar su postergada Epilírica en 1961, y una nueva antología, Punto y aparte, vería la luz en 1967, pero no ejerció de poeta todo lo que le hubiese gustado. La amargaba tener que invertir tanto esfuerzo en mantener con vida el colegio. Combinaba su afición a viajar con la reclusión voluntaria y prolongada en su cuarto para leer: en su nutrida biblioteca convivían la historia, la biografía, el yoga, el espiritismo y el psicoanálisis; le apasionaba la literatura oriental, leía poesía francesa y narrativa en inglés, poesía española clásica y contemporánea.

Pero no se cuidaba y sus hábitos poco saludables no ayudaban nada a tratar el aneurisma que padecía. El corazón le falló unos pocos días después de que el hombre pisase por primera vez la Luna. En ese mismo 1969, los enamorados de su poesía solo pudieron consolarse a medias leyendo Los soliloquios (que junto la edición póstuma de Autopía, constituyen una etapa más condensada y experimental). Más adelante, reediciones, textos rescatados por amigos como Antonio Fernández Molina y Rosendo Tello, la edición de sus obras completas en 1983… mantendrían viva la llama del poeta.

Referencias

    • Antón Castro (1993). “Miguel Labordeta, el orangután celeste”, en Aragoneses ilustres, ilustrados e iluminados (230-235). Zaragoza, Gobierno de Aragón.
    • Antonio Ibáñez (2004). Miguel Labordeta. Poeta violento idílico (1921-1969). Zaragoza, Biblioteca Aragonesa de Cultura.
    • Rolde. Revista de Cultura Aragonesa, nº 67-68, 1994. Número monográfico coordinado por Antón Castro.
    • Turia, nº 96, 2010. Monográfico dedicado a Miguel Labordeta.
    • Gran Enciclopedia Aragonesa on line: http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=7561
    • Obra completa, editada por Clemente Alonso Crespo, fue publicada por El Bardo. Se presentó el 23 de abril de 1983 como inauguración oficial del Teatro del Mercado de Zaragoza.
    (A Miguel Labordeta y a su generación se han dedicado magníficos estudios. Aquí destacamos tan solo unas referencias básicas, además de desgranar otras a lo largo de las propuestas didácticas)

Actividades didácticas

Los estilos y los influjos del poeta

Tras leerlo, responde: ¿Bajo qué estilo podría clasificarse la poesía de Miguel Labordeta? ¿O es más bien difícil de encasillar? ¿Dónde crees que encaja mejor: como poeta previsible, convencional y ortodoxo, o como poeta inconformista y heterodoxo? ¿Le atraían las vanguardias artísticas?

Busca el significado de las corrientes que cita y que marcamos en negrita:

En sus diferentes etapas creativas es fácil de identificar rasgos de dadaísmo, de surrealismo, del expresionismo, del existencialismo, de la poesía social, del concretismo, de la poesía visual o incluso elementos lejanamente emparentados con la generación beat estadounidense.

En parte de su obra, los especialistas detectan también el influjo de la Generación del 27 (incluso algunos rasgos de autores anteriores como Unamuno y Juan Ramón Jiménez), el contacto con el postismo, y observan rastros del psicoanálisis de Freud, el inconsciente de Jung, el marxismo, el mundo de la ciencia-ficción, las culturas orientales, etc.

Busca también el significado de los términos de este párrafo que hemos marcado en negrita.

La zaragozana gusanera

¿Por qué crees que Miguel Labordeta utiliza ese término tan desagradable para referirse a Zaragoza? ¿Tal vez era un poco injusto?

El ambiente “rancio” no era exclusivo de Zaragoza, pero al fin y al cabo, era lo que Miguel conocía de primera mano. La vuelta de Madrid, donde (pese a vivirse un clima de opresión similar) había podido conectar con elementos fundamentales para la renovación literaria, debió de inspirar en él esa metáfora.

Tras la guerra, la Zaragoza del joven Labordeta era, como el resto de Aragón y de España, un lugar muy poco propicio para la creatividad. Muchos autores hablan de un páramo cultural, en un clima de represión y escasez. Miles de artistas, escritores, científicos, profesores (de los que salvaron sus vidas tras el conflicto) habían tenido que marchar al exilio. Y otros que se quedaron vivirían en lo que se ha llamado un “exilio interior”.

Pese a todo, hubo intentos notables de hacer cosas distintas. La capital aragonesa asistió desde 1947 a las actividades del Grupo Pórtico que, promovido por el librero José Alcrudo, introdujo la pintura abstracta y el informalismo a través de diferentes exposiciones de obras de artistas como Fermín Aguayo, Alberto Duce y Santiago Lagunas. Pórtico (continuado en el llamado Grupo de Zaragoza con Ricardo Santamaría y Juan José Vera, entre otros) abrió el camino en España de la pintura vanguardista de posguerra.

También desde la década de 1940, el cineclub Zaragoza intentó, contra viento y marea, levantar una cultura audiovisual original, que iría fructificando más tarde en el Saracosta o, desde 1957, en la constitución de una productora como Moncayo Films.

Busca más información sobre el Grupo Pórtico: qué tipo de arte representaban, quiénes eran sus artífices, qué exposiciones promovieron (¿solo en Zaragoza o en otros lugares? ¿Tuvieron alguna influencia posterior, por ejemplo en la década de 1960?).

Madrid tampoco estaba para echar cohetes, pero…

La poesía revolucionaria de Miguel Labordeta y sus iniciativas encajan en esa necesidad de “sacudirse la modorra”, de plantear alternativas a una cultura oficial demasiado sujeta a lo convencional y a lo académico. Por ello, su viaje a Madrid fue crucial para captar multitud de influencias que determinarían su obra. Ahí contactó con una serie de escritores cuya única posibilidad de rebeldía era mediante formas y estéticas diferentes a las oficiales (aunque en ocasiones también derivarían esa rebeldía hacia contenidos, mensajes y actitudes vitales, por ejemplo hacia la poesía social).

Busca en internet información sobre estos escritores, y relaciónalos con la definición que mejor se acomode a cada uno de ellos. 

1. Vicente Aleixandre a) Exponente de la poesía desarraigada, tras salir de las cárceles franquistas, irrumpe con los poemarios Tierra sin nosotros y Alegría
2. Gabriel Celaya b) Poeta de la Generación del 27, sevillano, recibiría el Premio Nobel de Literatura en 1977
3. Carlos Edmundo de Ory c) Poeta manchego, transitará del postismo al realismo. En sus últimos años pasará largas temporadas en Calaceite, donde está enterrado
4. Antonio Buero Vallejo d) Poeta vasco, evolucionará del existencialismo hacia la poesía social
5. José Hierro e) La tragedia del individuo centra su obra dramática: en los años cuarenta su Historia de una escalera tiene un claro componente de denuncia
6. Ángel Crespo f) Nacido en Cádiz, es considerado el principal representante del postismo (post-surrealismo)
Soluciones: 1-b; 2-d; 3-f; 4-e; 5-a; 6-c

 

La obra de Miguel Labordeta, ecléctica y original, obedece a muchas de esas influencias.

Una primera obra muy madurada e introspectiva

La renuncia al doctorado no cayó bien en la familia. Pero Miguel había vuelto de Madrid con papeles y esbozos de lo que sería su primer libro.

Sobre la primera etapa de la obra de Miguel, dicen los críticos: “El sujeto lírico busca su identidad perdida en medio del caos y de la inminencia de la muerte. Esta conciencia trágica está empapada de una visión profética del arte enraizado en la poética romántica y modernista. Aunque sus versos están próximos al surrealismo en la técnica —imágenes herméticas, descoyuntamientos sintácticos y uso del collage—, palpita en ellos un fondo realista que abraza la circunstancia histórica”.

Se trata de una reedición que incorporó la Institución Fernando el Católico a su catálogo, dentro de su colección “San Jorge”, en 1988. Prologado por su hermano José Antonio, respeta la apariencia original, con dibujo en portada del gran dibujante y humorista Antonio Mingote.

El autor de ese prólogo dice que la de Miguel fue “una voz que, desde que apareció en 1948, molestó, por su verdad y su fuerza, a los manipuladores de la cultura oficial”. ¿A quién crees que se refiere? ¿Por qué crees que podría resultar molesto? ¿tendrá algo que ver con el hecho de que su libro concebido en 1951 con el título Los nueve en punto terminase publicado diez años más tarde como Epilírica?

Elige un poema que, en un primer vistazo, te llame la atención.

(Sugerencias: “Espejo”, “Elegía a mi propia muerte” y “Matinal”)

¿Qué te sugiere, qué te inspira? ¿Alegría, tristeza, ambas cosas, ni lo uno ni lo otro, otra sensación? ¿Es un poema de amor o no? ¿Quién es el interlocutor, si lo tiene? ¿Cuál es el tema o temas principales del poema? En los aspectos más formales… ¿hay rimas? ¿Hay signos de puntuación? ¿Observas algún ritmo interno? (una lectura en voz alta puede ayudarte a encontrarlo).

Busca las definiciones de “versos libres”, “versos blancos” y “versos sueltos”: ¿a cuál se acomoda mejor la rima y la métrica en los poemas de Labordeta que ves?

 

En el poema “Soledad con algo de lamento”, dice: “mis buenos padres / ya casi desmayados / rogaban a Dios / por aquel pobre hijo inútil / viejo de estos 25 estíos”.

Además de planear un tanto la relación con los padres… Miguel Labordeta se siente viejo con 25 años. El propio título del libro, Sumido 25, incide en esa sensación, en ese desasosiego. Es una edad que a ti te resultará “de muy mayor” aunque tus padres y profesores no pensarán lo mismo.

El poeta definía su propia obra como “catártica y depurativa”. Busca en el diccionario el significado de esos términos. En el sentido en que eso va entrelazado con un sentido “purificador” y “liberador”… ¿crees que tiene razón al definirlo así? ¿Has experimentado alguna vez alivio al dejar claros tus sentimientos o algo íntimo, aunque sea plasmándolo por escrito solo para ti, lanzando un grito al vacío en un lugar apartado o compartiéndolo con alguien de confianza?

La peña del Niké

El café Niké se instaló en 1940 en la calle Requeté Aragonés (que en 1979 recuperaría su denominación de Cinco de Marzo anterior a la guerra) de Zaragoza. Funcionó hasta la primavera de 1969.

Como ya sabemos, en la década de 1950 Labordeta animó tertulias en ese lugar, desde donde impulsó su “Oficina Poética Internacional”. El propio nombre indica una voluntad de salir de un encierro, de contrarrestar la opresión mediante las armas de la palabra, el humor y la creatividad: los manifestos “ópicos”, los carnets de “ciudadanos del mundo” ya indicaban esa voluntad de romper localismos y ensanchar horizontes. Fue un revulsivo para la creación literaria en Aragón (como lo fue el Grupo Pórtico para las artes plásticas).

Sin llegar a ser un enjambre continuo (a veces se ha mitificado el Niké como si fuera el centro de la vida de los miembros de la peña, cuando la mayoría atendían a sus tareas regularmente en otros entornos), es innegable que de ahí salieron muchas iniciativas: revistas, editoriales, colecciones literarias… Todo ello has podido verlo con más detalle, así como los nombres de las personas vinculadas a ese ambiente.

Vamos a insistir en algunas de esas personas. Indaga sobre estos seis poetas y prueba a relacionar cada uno de ellos con la obra que le corresponde:

 

  1. Julio Antonio Gómez                       a) Ese muro secreto, ese silencio
  2. Raimundo Salas                              b) Las piedras y los días
  3. Guillermo Gúdel                               c) Los pasos cantados
  4. Luciano Gracia                                 d) Acerca de lo oscuro
  5. Rosendo Tello                                   e) Al oeste del lago Kivú los gorilas se suicidaban en manadas numerosísimas
  6. Fernando Ferreró                              f) Hablan los días

 

Soluciones: 1-e; 2-b; 3-c; 4-f; 5-a; 6-d

Indaga más sobre alguno de ellos. Por ejemplo, Julio Antonio Gómez tuvo una biografía muy atormentada a causa de la represión que en la época se ejercía sobre los homosexuales. ¿Sabías que hasta que no llegó la democracia a España la homosexualidad estaba castigada con la cárcel?

Algunas sugerencias y recomendaciones:

  • Varios autores (1984): OPI-Niké. cultura y arte independiente en una época difícil. Zaragoza, Ayuntamiento. Obra en dos volúmenes que se presentaron dentro de una semana conmemorativa en el Teatro del Mercado, llena de lecturas y recitales poéticos.
  • Benedicto Lorenzo de Blancas (1989): Poetas aragoneses. El grupo del Niké. Zaragoza, Institución Fernando el Católico.
  • En 2003, el grupo musical Monte Solo publicó el libro-disco 25 canciones y poemas de la OPI Niké en su 50 Aniversario

En 2014, Ignacio Escuín rodó un cortometraje acerca del Café Niké.

Poesía para la paz

En su Epilírica, junto a otros poemas como “Salutación al pueblo en primavera” y “Un hombre de treinta años pide la palabra”, Miguel Labordeta incluyó el texto “Mataos. Severa conminación de un ciudadano del mundo”.

Puedes escucharlo en diferentes archivos repartidos por plataformas como Youtube, pero lo reproducimos aquí para que lo leas en privado, o para que os repartáis una lectura colectiva en clase.

Mataos
pero dejad tranquilo a ese niño que duerme en una cuna.
Si vuestra rabia es fuego que devora tal cielo
y en vuestras almohadas crecen las pistolas:
destruíos aniquilaos ensangrentad
con ojos desgarrados los acumulados cementerios
que bajo la luna de tantas cosas callan
pero dejad tranquilo al campesino
que cante en la mañana
el azul nutritivo de los soles.

Invadid con vuestro traqueteo
los talleres los navíos las universidades
las oficinas espectrales donde tanta gente languidece
triturad toda rosa hallad al noble pensativo
preparad las bombas de fósforo y las nupcias del agua con la muerte
que han de aplastar a las dulces muchachas paseantes
en esta misma hora que sonríe
por una desconocida ciudad de provincias
pero dejad tranquilo al joven estudiante
que lleva en su corazón un estío secreto.

Inundad los periódicos las radios los cines las tribunas
de entelequias estructuras incompatibilidades
pero dejad tranquilo al obrero que fumando un pitillo
ríe con los amigos en aquel bar de la esquina.

Asesinaos si así lo deseáis
exterminaos vosotros: los teorizantes de ambas cercas
que jamás asiríais un fusil de bravura
pero dejad tranquilo a ese hombre tan bueno y tan vulgar
que con su mujer pasea en los económicos atardeceres.

Aplastaos pero vosotros
los inquisitoriales azuzadores de la matanza
los implacables dogmáticos de estrechez mentecata
los monstruosos depositarios de la enorme Gran Estafa
los opulentos energúmenos que en alza favorable de cotizaciones
preparáis la trituración de los sueños modestos
bajo un hacha de martirios inútiles.

Pisotead mi sepulcro también
os lo permito si así lo deseáis inclusive y todo
aventad mis cenizas gratuitamente
si consideráis que mi voz de la calle no se acomoda a vuestros fines suculentos
pero dejad tranquilo a ese niño que duerme en una cuna
al campesino que nos suda la harina y el aceite
al joven estudiante con su llave de oro
al obrero en su ocio ganado fumándose un pitillo
y al hombre gris que coge los tranvías
con su gabán roído a las seis de la tarde.

Esperan otra cosa.
Los parieron sus madres para vivir con todos
y entre todos aspiran a vivir tan sólo esto
y de ellos ha de crecer
si surge
una raza de hombres con puñales de amor inverosímil
hacia otras aventuras más hermosas.

El hermano de Miguel Labordeta, José Antonio, leyó este poema en las Cortes Españolas, de las que era diputado, en el año 2003, con motivo del apoyo del Gobierno español (frente al criterio de la mayoría de la población) a la campaña militar de Estados Unidos en Irak.

Como ves, la poesía es algo más que un ejercicio de estilo, de estética. Podemos hablar de fabulaciones, de visiones cósmicas, pero una idea, un mensaje… cobra más fuerza si se expresa apelando a los sentimientos íntimos que explora el lenguaje poético, “tocando la fibra”. La creatividad y la imaginación pueden ser poderosos instrumentos de paz, de cambio, de libertad…

Escuchar y ver a Miguel Labordeta

El proyecto “The booksmovie” recoge en Youtube lecturas de muchos poetas, aragoneses o no. Te recomendamos estos dos enlaces:

El documental Miguel Labordeta. Biografía interior (1989), con guion de su hermano José Antonio y Antonio Artero (autor este, por cierto, de una adaptación televisiva de Oficina de horizonte).

Este contenido puede enlazarse mutuamente con el de José Antonio Labordeta: por ejemplo, la Fundación José Antonio Labordeta, a falta de un depósito definitivo del legado de Miguel (que en parte almacena la Universidad de Zaragoza), le dedica actividad y presencia dentro de sus posibilidades.

Puedes ver también las obras Oficina de Horizonte y Esautamén tresbatiu en aragonés en la plataforma Ebiblio del Gobierno de Aragón y el Ministerio de Cultura, en préstamo libre para libro electrónico:

Aragoneses ilustres, ilustrados e iluminados

Descarga desde este enlace el PDF de la publicación Aragoneses ilustres, ilustrados e iluminados, de Antón Castro y José Luis Cano, editada por el Gobierno de Aragón en 1993.

DIRECCIÓN GENERAL DE POLÍTICA LINGÜÍSTICA

Departamento de Educación, Cultura y Deporte

Parque Empresarial Dinamiza (Recinto Expo)
Avenida de Ranillas, 5D - 2ª planta
50018 Zaragoza
Tfno: 976 71 54 65

Colabora: