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Juan de Lanuza

Vida corta, larga posteridad

Zaragoza, 1564 – 1591

Juan de Lanuza V ha pasado a la Historia por su muerte: poco ha trascendido de una corta vida de veintisiete años, pero su final en un cadalso, pagando el precio del simple cumplimiento de sus atribuciones y de la ley, ha trascendido los siglos y ha traído consigo su inmortalización como símbolo de los derechos y libertades de Aragón.

Ha pasado a la posteridad con el apodo de El Joven o el Mozo, porque no pasó de ahí. Por contraposición, su padre, Juan de Lanuza y Perellós, quien llegó a ejercer el cargo durante 37 años desde que en 1554 sucediera a su hermano Ferrer, es recordado como el Viejo o el Zorro (aludiendo a una astucia que, seguramente, le otorgó el paso de los años y de la que el hijo careció). Tal vez las cartas del Justicia bisoño empezaron a quedar marcadas por algunos sucesos en la corte de la monarquía más poderosa del mundo.

Vida

Antonio Pérez, hijo de aragoneses que había medrado en la corte madrileña de Felipe II, cayó en desgracia ante el rey. Seguramente no era ajeno a las intrigas y malas artes que se estilaban en ese escenario de influencias y rivalidades, pero la atribución de un asesinato (el de Escobedo, secretario de Juan de Austria) en un episodio que podía comprometer al propio monarca, eran palabras mayores y Pérez dio con sus huesos en la cárcel. Entre torturas y afrontando un previsible veredicto de culpabilidad, escapó, cruzó la muga del reino por Ariza y, apelando a su condición jurídica de aragonés, se acogió al derecho de manifestación. Esto le permitía, bajo tutela del Justicia de Aragón, ser recluido en Zaragoza, capital del reino, en una prisión ajena al poder del rey y a salvo de maltrato, a la espera de que el proceso fuese visto con garantías jurídicas.

El rey denunció a Pérez como hereje para que así fuese hecho prisionero por la Inquisición y superar el obstáculo legal que desafiaba a su poder. El 24 de mayo de 1591, violentos disturbios durante los cuales el marqués de Almenara, representante del rey, fue herido de muerte, acompañaron a idas y traídas del reo, que fue devuelto de la cárcel del Santo Oficio (en el castillo de la Aljafería) a la de manifestados. Tras meses de debates jurisdiccionales y negociaciones, un intento de traslado del prisionero el 24 de septiembre tuvo un desenlace trágico, con varias decenas de muertos y heridos y la huida de Pérez (quien, tras varias peripecias, terminaría en Francia). El joven Lanuza acababa de suceder en el Justiciazgo a su padre, recientemente fallecido, y estaba atado de pies y manos: había acatado las disposiciones establecidas por el monarca pero, de seguir por ese camino, no podía ser ajeno a la presión popular y a la ira de los amotinados.

Contrafuero

Las autoridades aragonesas (con gran peso de la Diputación de Reino) desoyeron las órdenes reales dirigidas a contener la revuelta, concentrada en Zaragoza. Tras el anuncio de que las tropas del rey reunidas en Ágreda iban a entrar en territorio aragonés, el Justicia declaró que ese hecho vulneraba las disposiciones del reino, y por tanto suponía contrafuero. Ese dictamen, hecho público el 31 de octubre, suponía la declaración de guerra al rey. El 8 de noviembre, catorce mil soldados castellanos, apoyados por veinticinco piezas de artillería, invadieron Aragón y Lanuza se puso al frente de las tropas aragonesas, con apenas dos mil hombres, muy mermadas por el escaso apoyo de ciudades y universidades. A los pocos días, ambas fuerzas se encontraban en Utebo sin que llegase a haber una verdadera lucha: la desbandada de los aragoneses dejaba expedito el camino hacia Zaragoza a las tropas invasoras que, al mando de Alonso de Vargas, entraban en la ciudad sin resistencia.

Ajusticiado

El Justicia se refugió en Épila, junto al conde de Aranda y el duque de Villahermosa y, a las pocas semanas, volvió a Zaragoza como si nada. Algunos le llaman inconsciente; otros dicen que simplemente cumplía su deber. Las negociaciones con los emisarios del rey Felipe para anular el contrafuero y devolver las aguas a su cauce fracasaron, algunos aluden a malos consejos, a decisiones equivocadas, a escasa clarividencia… El caso es que el monarca, encolerizado, firmó una orden de detención y ejecución del Justicia Juan de Lanuza V.

El 20 de diciembre de 1591, con un público formado en exclusiva por soldados castellanos, el Justicia de Aragón era degollado y después decapitado. Con mirada limpia al frente desafiaba a las acusaciones de “traidor, que levantó bandera y otros aparatos de guerra contra su rey y señor natural”.

Referencias

Mostramos aquí algunas de ellas. Además de lo estrictamente biográfico sobre Juan de Lanuza, se aportan algunas referencias de contexto.

 

Actividades didácticas

El momento histórico

 

En 1591, la monarquía hispánica ejercía, desde su hegemonía en Europa, un liderazgo mundial acrecentado desde que, años atrás, el rey Felipe asumiese también la corona de Portugal, sumando posesiones por todo el planeta: por entonces se acuñó la frase de que en los dominios del rey castellano “no se ponía el Sol”. Pero se atravesaba una crisis de identidad. El desastre de la Armada Invencible frente a las costas británicas había liquidado la supremacía naval en el Atlántico a favor de Inglaterra. No era, pues, un poder indiscutible. En esa situación, cualquier desafío, cualquier fisura, por pequeña que fuese, era importante para el rey, que exigía una reparación inmediata. Incluso aunque ese desafío proviniese de un territorio con notable peso histórico y simbólico, pero poco relevante en cuestiones económicas y demográficas, como era el reino de Aragón.

Este mapa del mundo muestra los dominios de Felipe II a finales del siglo XVI.

Territorios adscritos al Consejo de Castilla | Consejo de Aragón      Consejo de Portugal | Consejo de Italia | Consejo de Indias | Consejo de Flandes abarcando los disputados con las Provincias Unidas.

Identifica, por continentes, en qué Estados actuales se incluirían esas posesiones. Puedes ayudarte de un mapa político actual como este:

Y Aragón, ¿qué pintaba en este panorama?

 

El reino de Aragón mantenía sus fueros e instituciones, pero su papel era cada vez más secundario y estaba muy subordinado a los intereses del Imperio. La tendencia, dibujada ya por los Reyes Católicos décadas atrás, iba en la onda de Estados fuertes, autoritarios y centralizados, algo incompatible con las peculiaridades de los territorios que los componían. Celosas de su identidad política, las clases dirigentes del reino llevaban todo el siglo inmersas en una disputa de competencias con los monarcas, que designaban como representantes en el reino a personas no nacidas en Aragón. Este conflicto jurídico (el pleito del virrey extranjero) era indicador de un malestar más profundo que se extendía a otras capas de la sociedad. En el siglo XVI, la producción no había aumentado tanto como la población, primaban la desigualdad y la injusticia (especialmente en ciertos dominios señoriales). La rebeldía de vasallos contra sus señores (muy violento fue el levantamiento campesino en Ribagorza), el bandolerismo… evidenciaron una situación de gran conflicto.

El episodio en que se vio envuelto Juan de Lanuza era un reflejo de todo ese malestar. También delataba la inadaptación de las instituciones del reino a una realidad cambiante y las contradicciones de una clase dirigente aferrada a sus privilegios. Si lees los temas 4 y 5 de la Gran Enciclopedia Aragonesa on line que citamos en la Bibliografía, podrás responder a estas sencillas cuestiones:

1. El reinado de Felipe II supuso la última y definitiva etapa de imposición del…

        • socialismo coronado
        • autoritarismo regio
        • liberalismo monárquico

2. Los fueros de Aragón eran una compilación de leyes que…

        • acotaban el poder del rey
        • reforzaban el poder del rey

3. En las tierras de señorío, los representantes del rey…

        • podían tomar los productos que quisieran
        • podían juzgar delitos de sangre
        • tenían vedado el ejercicio de la justicia

Zaragoza: una paradoja y muchos escenarios

A pesar de los problemas que hemos visto, en el siglo XVI, la ciudad de Zaragoza era llamada por algunos “la Florencia de España” y se la calificaba como “la harta”. Lee esta publicación de Santiago Navascués en el blog “Historia de Aragón” en la que se alude a ese esplendor:

No obstante, en esa ciudad se citaban también miserias y desigualdades que, sin duda, alimentaron los motines y revueltas de 1591.

Como ya hemos visto, la vida de Juan de Lanuza está muy marcada por un trascendental hecho político-social acaecido en el reino de Aragón a finales del siglo XVI: las alteraciones de Aragón, o la rebelión aragonesa contra el rey Felipe. Un hecho que, como también sabemos ya, responde a un contexto. Muchos de los sucesos ligados a este momento histórico tuvieron escenarios muy reconocibles dentro del espacio zaragozano.

Sobre un plano de Zaragoza, ubica estos lugares ligados a los acontecimientos de 1591:

    • La puerta de Toledo, donde estaba la cárcel de manifestados, en el entorno de lo que ahora es la calle Manifestación (ahora ya sabrás a qué obedece ese nombre).
    • La plaza del Mercado, que se encontraba en las inmediaciones del Mercado Central, donde fue ejecutado Juan de Lanuza. Una placa en la pared del Mercado lo recuerda.
    • El palacio de la Aljafería, donde se hallaba la cárcel de la Inquisición.
    • La puerta de Santa Engracia, por donde huyó Antonio Pérez en los desórdenes del 24 de septiembre.
    • A ellos se sumarían otros dos importantes lugares de memoria: el monumento al Justiciazgo de la plaza de Aragón, y la iglesia de Santa Isabel (o San Cayetano, en la plaza del Justicia), donde se hallan los restos de Lanuza.

Lo ideal sería poder conocer esos lugares in situ en una excursión por Zaragoza que se puede programar muy fácilmente.

 

Las consecuencias

La represión de la rebeldía frente al rey cristalizó en la ejecución de Juan de Lanuza y de más de cincuenta personas significadas, así como en la prisión de Aranda y Villahermosa. Unos meses más tarde, ya en 1592, Felipe convocó Cortes del reino en Tarazona, donde se dio carta blanca para que el rey pudiese nombrar virrey a su voluntad y destituir al Justicia, terminando con el carácter vitalicio y hereditario de la institución. También se vació de competencias en orden público a la Diputación en favor de la Audiencia Real, se posibilitó que los oficiales del rey pudiesen entrar en tierras de señorío para perseguir criminales y se articularon medidas de control en la impresión de libros. Las Cortes aprobaron un subsidio de 700.000 libras jaquesas y las tropas abandonarían el reino, dejando guarniciones en la Aljafería de Zaragoza y en la Ciudadela de Jaca.

El pulso entre el rey y el reino se decantó a favor del primero. Las instituciones propias quedaron muy mermadas en sus funciones. Se anunciaba una nueva época en la que la iniciativa sería del monarca.

Busca en las redes información acerca de estas Cortes de Tarazona. En la entrada de wikipedia puedes ampliar información acerca de lo que acabas de leer, y saber también cuándo se celebraron las siguientes. ¿Por qué crees que se tardó tanto?

Las siguientes Cortes del reino se celebraron en Barbastro en 1626, ¡34 años después! Las convocó Felipe IV, después de que su padre Felipe III nunca lo hubiera hecho. Los reyes siempre habían sido reacios a convocar Cortes porque eso significaba tener que hacer concesiones; cuando lo hacían solía ser medio obligados para resolver situaciones de extrema urgencia y, sobre todo, con el fin de obtener subsidios para financiar campañas militares. La situación creada tras los sucesos de 1591, claramente favorable para los intereses de la monarquía, hacía cada vez menos necesario este instrumento de control sobre las acciones del rey: la monarquía casi tenía carta blanca para hacer y deshacer a su gusto.

El Justiciazgo, una institución “especial”

Nuestro protagonista llegó al cargo de Justicia de Aragón tras la muerte de su padre. Investiga sobre la naturaleza y atribuciones de la institución del Justiciazgo. Te ayudará mucho la lectura de los breves textos que componen la exposición «El Justicia de Aragón, 1265-2015».

Viéndolo, podrás responder a estas sencillas preguntas:

    • ¿En qué Cortes (lugar y año) se reguló la institución del Justicia? 
    • ¿Cuáles son los cuatro procesos forales recogidos en los Fueros de Aragón? (uno de ellos te sonará, porque lo hemos citado unas cuantas veces) 
    • Completa: Desde la primera mitad del siglo XVI, la Diputación del Reino designaba a los ……… del Justicia. 
    • ¿En qué año y mediante qué decretos se derogó la institución del Justicia? 
    • ¿En qué países tuvo alguna influencia el recuerdo del Justicia y las leyes aragonesas durante los s. XVII, XVIII y XIX? 
    • ¿En qué año se celebró el primer homenaje al Justicia ante su monumento de Zaragoza? 

Cultura y memoria

Otra especie de consecuencias son las que se materializan en forma de homenaje y reconocimiento, tanto de la figura de Lanuza como de la institución del Justiciazgo en general. Se hace corresponder el recuerdo de una afrenta, de un atentado contra las libertades del reino, con la memoria de esas mismas libertades.

En el siglo XIX, juristas y políticos liberales y progresistas reivindicaron el constitucionalismo aragonés y la figura del Justicia como su aportación más definida, y varios pintores de historia reflejaron los críticos momentos previos y posteriores a la muerte de Lanuza. En el panel 5 de la exposición «El Justicia de Aragón, 1265-2015» puedes contemplar obras de Eduardo López del Plano, Victoriano Balasanz y Mariano Barbasán.

La inauguración del monumento al Justiciazgo, obra de Félix Navarro, en 1904, aportó un lugar de memoria emblemático para el imaginario colectivo aragonés. El 20 de diciembre (aniversario de la ejecución de Lanuza) está instituido como Día de los Derechos y Libertades de Aragón, y durante el mismo se programan actos institucionales y reivindicativos. En el panel 8 de la mencionada exposición puedes conocer más detalles en torno a este asunto.

    El Justicia de Aragón 2.0

    En 1982, el Estatuto de Autonomía de Aragón recuperaba la figura del Justicia, adaptado a los nuevos tiempos, como un defensor de los derechos de los ciudadanos, del propio Estatuto y como garante del ordenamiento jurídico aragonés. La tercera autoridad de la comunidad autónoma tras los presidentes del Gobierno y de las Cortes dirige una institución muy bien valorada por la ciudadanía aragonesa. Es, sin duda, la forma más útil y efectiva en la que puede proyectar su sombra la figura histórica con la atormentada imagen de Lanuza el Mozo.

    Comentad en el aula las funciones que esta entidad tiene asignadas. Podéis tratar en clase acerca de una posible visita a su sede en Zaragoza, en el palacio de Armijo.

    Aragoneses ilustres, ilustrados e iluminados

    Descarga desde este enlace el PDF de la publicación Aragoneses ilustres, ilustrados e iluminados, de Antón Castro y José Luis Cano, editada por el Gobierno de Aragón en 1993.

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