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Pilar Bayona

Delicada y sensible, intensa y vital

Zaragoza, 1897-1979

Nacida en una familia acomodada, el padre de Pilar, Julio Bayona, era profesor de Matemáticas. Su madre, Sara López de Ansó, era de Cariñena con casa solariega en Cosuenda. Desde muy pequeña mostró un especial talento para la música y recibió clases de piano de los hermanos Sirvent. Con tan solo seis años participó en un festival benéfico patrocinado por el rey Alfonso XIII y a los diez se presentaba en el teatro Principal con la Sociedad Filarmónica de Zaragoza.

En 1912 Pilar Bayona inicia una carrera como concertista de piano, tanto en recital como con orquesta, que dará a conocer su nombre en Aragón y en España. Coincide con prestigiosos compositores y directores de la talla de Tomás Bretón, José María Usandizaga, Joaquín Turina u Óscar Esplá, o intérpretes como el pianista Arthur Rubinstein y el violinista Juan Manén. Es un reclamo para entrevistas y portadas en revistas de la época, que le otorgan cierta popularidad. En esos años de juventud conoce a la familia de Luis Buñuel (el futuro cineasta era alumno del padre de Pilar y estuvo profundamente enamorado sin que ella, aparentemente, se llegase a enterar).

Vida

En la década de 1920 entabla amistad con otros dos pianistas aragoneses algo más jóvenes que ella, y que también llegarán muy lejos: Eduardo del Pueyo y Luis Galve (1908-1995). Por esos años viaja a Alemania: en Stuttgart y en Berlín interpreta programas muy representativos de música española contemporánea. Abierta a diferentes estilos, fue una de las primeras intérpretes en España del impresionismo musical. En sus conciertos toca piezas de autores consolidados como Albéniz, Granados y Falla, pero también de compositores más jóvenes (Usandizaga, Rodrigo, los hermanos Halffter, Mompou y Esplá, entre otros), y se interesa por obras de autores extranjeros, desde los románticos Tchaikovsky y Brahms a otros más modernos como Debussy o Ravel (a quien tratará en visitas del compositor a Madrid y a Zaragoza).

Además de mantener una intensa actividad concertística, estrenando obras de compositores como López Chávarri y Turina o compartiendo escenario con Fleta, la pianista tuvo una relación muy cercana con intelectuales y artistas aragoneses que en la década de los treinta desarrollaron una labor muy cercana a las vanguardias, a través de las revistas zaragozanas Cierzo y Noreste y otros proyectos interesantes: el escritor Tomás Seral y Casas (más tarde editor y galerista), el pintor surrealista Javier Ciria, el escultor Honorio García Condoy, etcétera, estarán en el círculo de amistades de Pilar Bayona, que también tuvo predicamento entre personas ligadas a la Generación del 27 y a la Residencia de Estudiantes, manteniendo un trato muy entrañable con Federico García Lorca en la primavera de 1936, unas pocas semanas antes de que se desatase la Guerra Civil.

Obra

Pilar pasó la guerra en Zaragoza y asistió al final de ese mundo de creatividad y libertad que había conocido. En 1938 inició con Radio Zaragoza una colaboración activa que durará décadas (prácticamente hasta su muerte) y que permitió que su arte llegase a los oídos de mucha gente. Encontró refugio en la melodía, y supo neutralizar la amargura y la tristeza, el hambre y la represión, a través de la belleza. Universal a la vez que muy aragonesa y muy zaragozana, en los años de posguerra participa en conciertos en ciudades españolas y toca para auditorios de Francia, Portugual y Marruecos, pero su zona de confort es Aragón. Inicia una larga y sostenida colaboración con los Cursos Internacionales de Verano de la Universidad en Jaca y apura tolo lo que puede la vida en su ciudad, Zaragoza.

Zaragoza

Cómplice de corrientes alternativas a la cultura oficial (toleradas pero alejadas de cualquier mínimo entusiasmo hacia el régimen franquista), aquí se relaciona con amigos intelectuales como el ya mencionado Seral y Casas, el filósofo, teórico y crítico de arte José Camón Aznar, el artista y musicólogo Luis García-Abrines, los escritores Manuel Derqui y Juan Eduardo Cirlot o Alfonso Buñuel (el arquitecto autor de collagessurrealistas, hermano pequeño de Luis). También los historiadores de arte Federico Torralba y Julián Gállego, el arquitecto Juan Pérez Páramo, el crítico musical Eduardo Fauquié, el ingeniero José María García Gil y su esposa, la bailarina y coreógrafa María de Ávila… conectaban con ella en esa Zaragoza que se quería desperezar.

Durante la edad madura, su mente lúcida, su cuerpo menudo y sus manos privilegiadas y ágiles soportan una actividad incansable, con centenares de conciertos en las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta. Por ejemplo, en la Zaragoza de 1951 se le cuentan siete conciertos distintos. Compositores de la talla de Rodrigo, Bacarisse, Palau, Esplá, Mompou, Guridi, Remacha, Martínez Chumillas, Asencio, Matilde Salvador, entre otros, le piden que interprete sus nuevas obras. Alabada por los críticos, es reconocida su actividad divulgativa como intérprete de música contemporánea, se implica en las actividades de la sociedad musical Sansueña, ejerce como profesora en el conservatorio Pablo Sarasate de Pamplona, graba discos en París y Madrid, es Hija Predilecta de Zaragoza (que le dedica una calle en vida), miembro de la Academia de Bellas Artes de San Luis…

Persona generosa, nunca escatimó su presencia en ciclos, conciertos, conferencias y actividades didácticas. Pilar Bayona fue un personaje público muy querido. Pocos días después de una actuación en el salón de Caja Inmaculada, murió en diciembre de 1979, con 82 años, atropellada por un automóvil en las calles de la ciudad a la que siempre amó y que, pasados tantos años, todavía la echa de menos.

Referencias

Actividades didácticas

Pianista para autores del impresionismo musical

Desde que empezó a despuntar, Pilar Bayona se interesó por incorporar a su repertorio a autores contemporáneos, interpretando obras de Falla, Albéniz, Granados, Ravel o Debussy. Relaciona a cada uno de esos autores con la obra de la segunda columna.

  1. Claude Debussy                                     Goyescas
  2. Maurice Ravel                                        Claro de luna
  3. Manuel de Falla                                     La Danza del Fuego
  4. Isaac Albéniz                                          Bolero
  5. Enrique Granados                                 Suite Iberia
Soluciones: 1-b; 2-d; 3-c; 4-e; 5-a

No hay demasiados registros de las interpretaciones de Pilar Bayona, pero en su web se ofrece una muestra bastante significativa de algunas de sus grabaciones. En concreto de obras de Óscar Esplá (dos piezas de Impresiones musicales), Albéniz (de Iberia), Debussy (de Douze Études), Ravel (de Miroirs) y Falla (Fantasía bética).

Escucha esas obras. ¿Qué te transmiten en general? ¿Podrías definirlo? ¿Dan idea de movimiento o más bien de quietud? ¿Notas algo así como cierto aire “libre”, como que fluye, como que las notas se suceden con agilidad, con cambios?

Todos esos autores están considerados notables representantes de un movimiento: el impresionismo musical. Uno de ellos, Debussy, decía: “No existe una teoría. Solo tienes que escuchar. El placer es la ley. Me gusta la música con pasión. Y porque me gusta trato de liberarla de las tradiciones estériles que la ahogan. Es un arte libre que brota: un arte al aire libre, sin límites, como los elementos, el viento, el cielo, el mar. En ningún caso debe ser cerrado y convertido en un arte académico”.

Experimentar (no confundir con “improvisar”), no sujetarse a lo académico… iba mucho con el carácter de Pilar Bayona, cuyo perfeccionamiento como pianista tuvo mucho de intuitivo y autodidacta, estudiando por su cuenta, y consciente de que la mejor escuela era el trabajo duro sobre el escenario. No es de extrañar que tantísimos compositores de su tiempo la quisiesen para los estrenos de obras que aspiraban a ser innovadoras: sabían que ella iba a sacar el mejor partido posible a sus partituras.

Dice Begoña Gimeno: “Lo que define a Pilar Bayona como pianista no es solo su virtuosismo sino, además, su comprensión musical –producto de exhaustivos análisis y búsquedas de la expresión– que partía de su especial intuición para desentrañar la intención del compositor, su sonoridad, el buen gusto y sobriedad en la interpretación, su sensibilidad, y su valentía y disposición para abordar y dar a conocer la música de sus coetáneos”.

En sus interpretaciones, Bayona consigue que brille su personalidad manteniendo el respeto a la fidelidad de la obra: con los autores impresionistas sabe crear un ambiente sonoro, una atmósfera y un color indefinibles.

La Zaragoza de la niña Pilar

Conozcamos mejor la ciudad que formó parte del universo infantil de Pilar Bayona. Ella tenía diez años y medio en mayo de 1908, cuando se inauguró en Zaragoza la Exposición Hispano-Francesa. Ya había actuado frente al público, y en actos importantes, pese a su corta edad.

Con ese evento se conmemoraba el centenario de los Sitios que inmortalizaron la memoria de la ciudad en plena invasión napoleónica. La celebración de la paz y de las relaciones de buena vecindad formaban parte del discurso de la Exposición, que también sirvió como escaparate de una burguesía que se sentía protagonista y llamada a capitalizar la actividad económica y social de la ciudad y de Aragón. Esa clase se identificaba con los destinos de una ciudad que superaba los cien mil habitantes, que ya contaba con un flamante Centro Mercantil, que había inaugurado no hacía mucho tiempo un hermoso edificio para la Facultad de Medicina y Ciencias, que tenía nuevos periódicos e industrias, proyectos culturales y políticos de carácter regeneracionista y regionalista, etcétera. Durante un breve tiempo, los conflictos sociales iban a quedar ligeramente eclipsados.

¿En qué lugar, sobre qué espacio se instalaron las edificaciones de la Exposición? ¿Lo identificas actualmente? ¿Qué atracciones había que te llamen la atención? ¿Qué inventos y adelantos, qué tipo de productos se mostraban? ¿Qué huella dejó esa Exposición en el urbanismo de Zaragoza? ¿Pervive algún edificio?

Nos gusta imaginar a la Pilar Bayona de diez u once años, una niña responsable y aplicada, disfrutando de las atracciones de esta Exposición y olvidando por un breve tiempo la disciplina frente al teclado.

Musa y mujer de cultura

Pilar Bayona fue una mujer dinámica, entregada y fiel a sus amigos y amigas. Su imagen y su personalidad atrajeron a artistas que la inmortalizaron en algunas de sus obras. Javier Ciria la retrató al óleo, también la pintó Pilar Aranda; fue dibujada por Juan Lafita y por Guillermo Pérez Baylo. Honorio García Condoy le hizo un busto. Entre sus amigos literatos, Tomás Seral y Casas le dedicó una composición en su libro Poemas del amor violento (1933), y Juan Eduardo Cirlot publicó en 1942 el libro Pájaros Tristes y otros poemas a Pilar Bayona, inspirado por su interpretación de la obra de Ravel.

El artículo de Antonio Bayona en la revista Rolde (2021) que citamos entre las referencias contiene también otras vinculaciones de la pianista con la ficción literaria.

En relación con el ambiente cultural en el que se movió Pilar Bayona y con estas incursiones en la ficción,  destacamos un ejemplo.

El profesor y escritor Jorge Sanz Barajas publicó en 2021 la novela Volar alto (editorial Xordica). Con elementos de ficción, se narran hechos reales en torno al matrimonio (también real) formado por el pintor Ciriaco Párraga y Julia Tello, perdedores de la Guerra Civil que viven una semiclandestinidad en la Zaragoza de los primeros años de la posguerra. El autor hace participar a los protagonistas, si bien de forma secundaria respecto a la trama central, en un ambiente artístico e intelectual alternativo al de la dictadura. El autor lo explica así:

“La posguerra zaragozana es un periodo lleno de claroscuros: entre la escombrera cultural del nacionalcatolicismo, Seral y Casas, Torralba, Alfonso Buñuel, Camón Aznar, Luis García Abrines, José Alcrudo o Pilar Bayona trataron de mantener vivos los brotes más valiosos del pasado hasta que llegaron las exposiciones de Santiago Lagunas, Antonio Saura o Baqué Ximénez y el Grupo Pórtico”.

Además del de Pilar Bayona, varios de esos nombres ya han sido citados en la biografía. Otros no. Sea como sea, búscalos en internet e identifica a cada uno de ellos con uno o varios términos que indiquen su profesión o algún detalle de su biografía que te parezca relevante. Busca también información sobre el Grupo Pórtico. ¿A qué crees que se refiere con “los brotes más valiosos del pasado”?

Volar alto es una novela breve, amena, con un argumento muy fácil de seguir, personajes muy bien retratados que se dejan querer por el lector, ambientes reconocibles… Recomendamos su lectura.

Otros pianistas aragoneses

La escena musical aragonesa del siglo XX dio otros nombres muy interesantes. Entre los intérpretes de piano, hemos citado la buena relación que mantuvo Pilar Bayona con Luis Galve (1908-1995) y con Eduardo del Pueyo (1905-1986).

Conócelos mejor escuchando estas interpretaciones:

Un último apunte: proyección de Pilar Bayona

Desde 1998, esta pianista da nombre a una de las principales programaciones de conciertos que se realizan en Europa. En sus veinticinco ediciones celebradas hasta 2022, el Ciclo de Grandes Solistas Pilar Bayona ha reunido a decenas de los principales pianistas del mundo.

Es una bonita forma de perpetuar su nombre y su legado, ¿no crees? A través de algo vivo, que se renueva cada año y que permite disfrutar de la música en directo. También hay unas becas del Ayuntamiento de Zaragoza que no han tenido demasiada continuidad, un colegio con su nombre en Cuarte de Huerva, y el nombre de calles en Zaragoza y en unas pocas localidades aragonesas.

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