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Petronila de Aragón

Reina en un tablero de decisiones ajenas

Huesca, 1136 – Barcelona, 1173

Cuando Petronila, hija del rey de Aragón, vino al mundo, su nacimiento fue una auténtica cuestión de Estado.

Tan solo dos años atrás, en 1134, Alfonso I de Aragón, el bravo soldado que había liderado grandes empresas militares, llevando al pequeño reino de montañeses a las tierras fértiles del Valle del Ebro y a sus afluentes del Sur, murió de forma inesperada y sin descendencia. En su testamento, el Batallador legó el reino a las órdenes militares del Temple, los Hospitalarios y el Santo Sepulcro. Eso era imposible de sustentar, con el rey de León ocupando las tierras de Zaragoza y los almorávides anhelando recuperar parte de lo perdido.

El reino estaba en peligro. La única opción de dar continuidad a la dinastía pasaba por el hermano del rey, el monje Ramiro, que debió colgar los hábitos y buscar descendencia. Inés de Poitou, viuda de contrastada fecundidad que en su anterior matrimonio había dado a luz a cuatro criaturas, fue la elegida entre las casas nobles europeas para que el reino de Aragón pudiese garantizar su supervivencia. El rey había tomado esposa, en sus palabras, para “restauración de la sangre y de la estirpe”.

Y así, como bebé de encargo, nació Petronila. Una vez cumplida su misión, Inés volvió a cruzar los Pirineos y se recluyó en la abadía de Fontevrault: ahí moriría en 1159 sin que su hija tuviese jamás comunicación directa con ella. Salvo en sus primeras semanas de vida (sin posibilidad de recuerdo alguno) y encomendada a un ama de cría, Petronila nunca vio a su madre. Y a su padre, con cuentagotas: Ramiro II se retiró al monasterio de San Pedro el Viejo en Huesca, con escapadas a Nocito, y a partir de entonces (hasta la muerte de Ramiro en 1157) sus encuentros serían esporádicos. Petronila no era de sus padres, sino del reino.

Su matrimonio fue acordado, también en aras de la razón de Estado, con Ramón Berenguer IV. Durante los años de espera hasta la boda (1150), el conde de Barcelona, veintitrés años mayor que ella, debió competir con las intrigas lanzadas desde León para cancelar ese acuerdo. Mientras, Petronila era educada en la corte condal de Barcelona (ciudad de la que se enamoró y en la que viviría los últimos años de su corta existencia) y pasó alguna temporada en León con su cuñada Berenguela. El catalán fue un buen gobernante, leal a su palabra y hábil negociador. Príncipe de Aragón, recuperó Daroca, ganó plazas en Los Monegros y el Cinca, conquistó Lérida y Tortosa, pero nunca fue rey, ya que ese título era privativo de la familia de su esposa, desde la que pasaría a su descendencia.

Desde el inicio de su edad fértil, Petronila engendró varios hijos. Con 16 años, durante el nacimiento del primero de sus hijos, Pedro (que moriría muy niño), tuvo que dictar testamento en pleno parto. Esto nos da idea de lo precaria que era la cuestión sucesoria, la conservación del apellido y del patrimonio de la casa de Aragón. El mayor de los que sobrevivieron a la infancia sería Alfonso II de Aragón. Viuda con 26 años, Petronila no quiso volver a tomar marido y fue dueña de sus actos. Mujer decidida, en 1164 renunció al reino donándolo a su hijo. Fue entonces cuando nació la Corona de Aragón, que, si bien había sido cimentada con su matrimonio, tomaba ahora su carta de naturaleza.

Las lagunas en torno a la figura de Petronila siguen siendo muchas. Se conoce su legado y las circunstancias que rodearon a su vida, determinados actos públicos… mucho más que su vida real. Se sabe de sus hijos, quienes tras Alfonso ocuparían diversas responsabilidades y honores (Pedro, conde de Provenza; Dulce, reina consorte de Portugal; Sancho, conde de Rosellón, Provenza y Cerdaña). Se sabe de su muerte y su entierro en la catedral de Barcelona en el otoño de 1173, pero sigue habiendo enigmas en torno a su sepultura, que no está realmente localizada, y sobre la que hay diversas hipótesis.

Referencias

Actividades didácticas

Petronila, Ramón, y el casamiento en casa

Se dice que los pactos para el enlace entre Petronila y Ramón Berenguer se basaron en una institución llamada “matrimonio en casa”. Esto consiste en que el marido se adscribe a la familia de la esposa: ella es quien transmite la pertenencia al grupo familiar, junto con el patrimonio que hereda; el marido se somete formalmente a su suegro o al “señor mayor” de la casa, y este, a cambio, le otorga la potestad sobre el solar familiar, pero reservándose su señorío tanto sobre los bienes del solar patrimonial como sobre los que aporta el marido. Trasladado al caso que aquí nos ocupa: Ramón Berenguer pasaba a ser un miembro más de la Casa de Aragón y de su linaje, a todos los efectos, y la dinastía reinante emplearía la designación “de Aragón”.

Busca información sobre el concepto jurídico de “casa”, muy presente en el Derecho aragonés. ¿Se refiere solo al edificio, o incluye algo más? ¿Por qué crees que tiene tanta importancia? (garantiza la continuidad del patrimonio, evita su dispersión).

Otra actividad, al hilo de este acuerdo matrimonial: sitúa en un mapa las conquistas y territorios consolidados por Ramón Berenguer IV. Compara la situación del reino de Aragón a la muerte de Alfonso I (1134) con las posesiones que dejó el príncipe de Aragón a su muerte en 1162.

Fábricas de hijos (concebidas para concebir) y el régimen demográfico antiguo

El papel reservado a Inés y a Petronila, madre e hija, aun siendo prácticamente dos desconocidas entre sí, era muy similar (instrumentalizadas como contenedores de herederos) y alcanza unos extremos que a los ojos de hoy se hacen difíciles de entender.

Más allá de la opinión que nos merezca ese hecho, la realidad es que Petronila falleció a los 37 años. Una edad a la que, hoy día, muchas mujeres (especialmente en nuestra sociedad occidental) estrenan su maternidad. En su corta vida, la reina de Aragón tuvo cinco hijos, de los que le sobrevivieron cuatro (el primogénito Pedro murió de niño), que alcanzarían estas edades: 23 (el segundo Pedro), 38 (Dulce), 39 (Alfonso), llegando tan solo el menor Sancho a “viejo” (62 años, que “hoy no es nada”).

Si esto sucedía en casas ricas y nobles, con cuidados extremos, imagínate lo que pasaría en capas sociales más desfavorecidas (que era la inmensa mayoría de la población). Muchos nacimientos eran necesarios para compensar el elevado índice de mortalidad infantil; las madres empezaban a serlo muy jóvenes para optimizar su edad fértil; era difícil superar en buenas condiciones los cuarenta años (superada esa edad, muchas personas podían considerarse ancianas).

Indaga sobre estos términos:

  • Tasa de fecundidad.
  • Tasa de natalidad.
  • Tasa de mortalidad infantil.
  • Esperanza de vida.
  • Régimen demográfico antiguo / moderno.

¿Cómo se definen? ¿Han evolucionado a lo largo de la Historia? ¿Qué relación guardan con los cambios culturales, sociales y económicos? ¿Tienen algo que ver en el cambio de un régimen a otro los adelantos científicos, en la medicina, en la higiene…?

Una visita al Museo

A la izquierda, Sala de Doña Petronila, donde según la tradición se celebró la boda entre ella y el Conde Ramón Berenguer IV. Arriba, sala de La Campana.

El Museo de Huesca contiene una parte importante de lo que fue el Palacio de los Reyes de Aragón, y mantiene hoy día tres de sus estancias: la Sala de la Campana, la de Doña Petronila y el Salón del Trono.

Visita el Museo: además de su colección permanente y sus exposiciones temporales, muy interesantes, podrás saber algo más de la historia del edificio, de las leyendas forjadas en su interior, respirar ambientes muy evocadores…

 

Pequeñas anécdotas que pueden despertar tu curiosidad

Roma no reconoció nunca a Petronila ni a su padre como reyes de Aragón. Tan solo cuando las órdenes militares renunciaron a la herencia del Batallador, la Iglesia admitió la situación… y lo hizo a medias, reconociendo como gobernante a Ramón Berenguer, pese a que no era él, sino su esposa, la titular del reino.

Petronila fue la primera mujer reina de Aragón con todas las de la ley, con título en propiedad. Solo habría otra más en toda la historia del reino, varios siglos después. Nació en Toledo en 1479 y ha pasado a la posteridad como “Juana la Loca”, aunque su triste realidad es la de una persona maltratada y humillada por su padre, primero, y por su propio hijo, después: Fernando el Católico y Carlos I. De nuevo… esto nos da mucho que pensar.

¿Alfonso o Ramón? Quien había de ceñir la corona tras la renuncia de su madre había sido bautizado como Alfonso, pero para su padre fue siempre “Ramón”, y así consta en algunos documentos. Para el barcelonés era importante mantener la nomenclatura tradicional de su casa condal, y Petronila era muy celosa de los nombres habituales en su “casa”. Su tío Alfonso, el campeón de los reyes de su tiempo, pesaba mucho, y cuando ya no hubiese “competencia”, tras la muerte de Ramón Berenguer, el heredero del trono accedería al mismo, ya sin medias tintas, como Alfonso II de Aragón.

Busca información sobre este rey Alfonso, el primero de la Corona de Aragón. Entre otras cosas, tiene una relación con Teruel, ¿la puedes explicar?

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