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Pedro alfonso

Un valioso puente entre culturas

Hacia 1050-Hacia 1120

No se conoce la fecha del nacimiento de Pedro Alfonso, ni tampoco la de su muerte. No se sabe con certeza dónde vino al mundo y se ignora dónde murió. Los únicos datos de su vida que han llegado hasta nosotros se hallan en el prólogo de uno de sus libros, Diálogo contra los judíos. En él se nos dice que residió en Huesca y que a principios del siglo XII pertenecía a la comunidad hebrea del lugar, en la que ocupaba un puesto distinguido, tal vez como rabino y médico.

En 1106 decidió abandonar la religión de sus padres, el judaísmo, y fue bautizado como nuevo cristiano en la catedral oscense, lo que supuso un gran escándalo entre los seguidores de su antigua fe. El padrino de la ceremonia fue, ni más ni menos, que el rey de Aragón, Alfonso I el Batallador.

Para acallar las protestas de quienes se oponían a ese radical cambio y le acusaban de traidor y de venderse por dinero o por un puesto en la corte, escribió un libro, el ya mencionado Diálogo contra los judíos, en el que intentó justificar su decisión. Lo estructuró como una conversación entre Moisés, su viejo yo, y Pedro, su nuevo yo. Cada uno defendía su religión y lo hacía de una forma didáctica y sincera, con una actitud conciliadora, moderada, sin fanatismos ni intolerancias. Quienes salían peor parados, sin embargo, eran los musulmanes, a quienes se desprestigiaba. El texto conoció una gran difusión por toda Europa. Y las acusaciones contra el islam fueron utilizadas como argumento por predicadores cristianos para azuzar guerras y cruzadas.

En ese libro había numerosas referencias científicas, como la afirmación de que la Tierra era esférica y no plana. Algo que ya se sabía en la Antigüedad, pero que en muchas partes de Europa se había olvidado. Y eso es debido a que Pedro Alfonso conocía lo principal de la ciencia árabe, la más adelantada del momento. Sus planteamientos, no obstante, son siempre originales, pues no se fía de lo que le dicen, sea quien sea el autor de las teorías, y lo comprueba y lo revisa todo.

Se sabe que Pedro Alfonso, que hablaba y escribía en hebreo, árabe y latín, viajó a Inglaterra, quizá para ejercer como médico del rey Enrique I, y allí explicó astronomía y cómo calcular calendarios y prever eclipses, para absoluto asombro de los sabios locales. Sus enseñanzas, que incluían matemáticas, geometría, música y medicina, resultaron fundamentales para que regresara a Occidente parte del saber perdido de griegos y romanos, que los musulmanes habían conservado, así como para difundir destacados avances hechos por estos últimos.

Literatura

Pero si Pedro Alfonso es hoy ampliamente reconocido no es como teólogo ni como científico, sino como literato. Fue autor de un conjunto de narraciones breves que tituló Disciplina clericalis, que se podría traducir como “instrucción de estudiosos” o “enseñanza de eruditos”. Algunos la consideran la primera novela medieval y, sin duda, tuvo un enorme ascendente durante siglos en la narrativa de toda Europa.

Se trata de más de treinta pequeños cuentos escritos con una finalidad didáctica, ya que de los mismos se pueden extraer lecciones y modelos de conducta. La mayoría tienen forma de diálogo entre un maestro y un discípulo o entre un padre y un hijo. Con esas pequeñas fábulas se ensalzan virtudes y se denuncian vicios, se advierte de la fugacidad de la vida y de que hay que valorar lo verdaderamente importante, la amistad y la buena conducta, y no los éxitos y las riquezas, que pueden desaparecer de repente. Se aconseja cómo tratar con las personas que te rodean, con los poderosos y hasta con Dios. Y todo se hace de una forma amena, con habituales toques de humor.

Este tipo de relatos tiene su origen en la tradición oriental. Muchos surgieron en la India, en Persia o en la cultura hebrea y fueron adaptados por literatos árabes, que les dieron un aire particular, como en los cuentos de Las mil y una noches. En la Península Ibérica, durante el dominio musulmán, tuvieron gran aceptación y fueron luego traducidos al latín, por lo que es fácil rastrear su influencia en numerosas obras de la literatura castellana: El conde Lucanor, El cantar de mío Cid, La Celestina, El libro del buen amor

En el resto de Europa, la repercusión de la obra de Pedro Alfonso resultó formidable. Disciplina clericalis se leyó en todos los países y en tantas versiones que al final se creyó que había diferentes obras de diferentes autores. Tras la invención de la imprenta, se multiplicó su difusión y su influjo se mantuvo durante centurias en cuentos populares y en escritores de la talla de Boccaccio, Dante, Chaucer, Shakespeare, Molière, Cervantes, Lope de Vega, Zorrilla, Baltasar Gracián, etc., etc., que por lo común desconocían que el autor de los textos que les servían de inspiración era un antiguo rabino que vivió en Huesca en plena Edad Media.

Referencias

Actividades didácticas

La época de Pedro Alfonso

Un poco de historia

Lee el siguiente texto y observa la evolución en las condiciones de vida de los judíos en el actual territorio aragonés. ¿Sabes cuándo llegaron a la zona los primeros judíos y cuándo fueron expulsados definitivamente? Busca información sobre alguno de los personajes judíos citados.

En época de los reinos taifas Zaragoza vivió un periodo de esplendor que se reflejó en el desarrollo de las ciencias, las artes y el pensamiento. Sus reyes se rodearon de poetas, artistas y científicos. Algunos de ellos profesaban la religión judía, como el poeta y filósofo Solomo Ibn Gabirol (a quien los cristianos conocieron con el nombre de Avicebrón) o Ibn Paquda, otro destacado literato y pensador, junto con poetas como el tudelano Yehuda ha-Leví. También fue importante la aportación de los judíos en el campo de las matemáticas y la astronomía.

A finales del siglo XI el avance cristiano se intensificó. Los aragoneses ocuparon el sur del Cinca y en Castilla Alfonso VI conquistó Toledo. Ante esta situación, varios reyes de las taifas peninsulares solicitaron la intervención de los almorávides, que reinaban en el norte de África.

Poco tiempo después el imperio almorávide reunificó el dominio musulmán en la Península Ibérica. La única que se mantuvo independiente fue la taifa de Zaragoza. Pero por el norte el reino de Aragón continuaba su expansión. En 1089 conquistó Monzón y en 1096 Huesca. Finalmente, en 1110, el rey saraqustí fue derrotado y muerto cerca de Tudela por el Alfonso I el Batallador y los almorávides se hicieron dueños de Zaragoza, hasta que en 1118 la ciudad fue ocupada por el soberano aragonés.

La situación de los judíos iba a cambiar con la conquista cristiana y con la expansión del reino de Aragón. Como era preciso repoblar y organizar administrativamente los extensos territorios conquistados al Islam, el monarca aragonés pidió la colaboración de los judíos, tanto los que ya vivían en las zonas conquistadas como los que llegaban de territorio musulmán huyendo del fanatismo religioso de los almorávides y sus sucesores, los almohades. Mientras a los musulmanes se les desplazaba fuera del recinto amurallado de las ciudades, a los judíos se les permitía vivir en sus anteriores barrios. Gozaban de la protección del rey, pero no tenían los mismos derechos que los demás aragoneses. Su libertad estaba condicionada ya que tenían que satisfacer las peticiones de dinero de su señor en concepto de impuestos.

Muchos de los barrios judíos medievales han llegado hasta nuestros días camuflados en los cascos antiguos de pueblos y ciudades. En Aragón son numerosos los restos conservados. Busca cómo eran esos barrios y que características singulares tenían. Puedes ayudarte de estas dos publicaciones que encontrarás en la web.

Calle Mayor de la Judería de La Almunia de Doña Godina

Elabora un glosario con los siguientes términos: Sefarad, sinagoga, torá y talmud.

El personaje

Datos biográficos recogidos en el texto.

Hemos leído en la biografía de Pedro Alfonso que fue apadrinado en el bautismo por el rey de Aragón Alfonso I en Huesca. Averigua en qué otros lugares vivió, qué lenguas debía conocer Pedro Alfonso y con qué otro rey trabajó, posiblemente como médico. Puedes ayudarte para documentarte con su voz en Wikipedia.

La obra de Pedro Alfonso

Las dos obras más conocidas de Pedro Alfonso son Diálogo contra los judíos y Disciplina clericalis.

En Diálogo contra los judíos intentó justificar su decisión de convertirse al cristianismo. Lo estructuró como una conversación entre Moisés, su viejo yo, y Pedro, su nuevo yo. A diferencia de otros libros similares escritos en la época, el de Pedro Alfonso contaba con la ventaja de que su autor tenía un profundo conocimiento de las dos religiones, por lo que sus réplicas en favor del cristianismo estaban mejor argumentadas. Su defensa era didáctica y sincera, con una actitud conciliadora, moderada, sin fanatismos ni intolerancias.

Disciplina clericalis está formada por más de treinta pequeños cuentos escritos con una finalidad didáctica, ya que de los mismos se pueden extraer lecciones y modelos de conducta. Este tipo de relatos tiene su origen en la tradición oriental. En la península Ibérica, durante el dominio musulmán, tuvieron gran aceptación y fueron luego traducidos al latín, por lo que es fácil rastrear su influencia en numerosas obras de la literatura castellana: El conde Lucanor, El cantar de mío Cid, La Celestina, El libro del buen amor

A continuación se reproduce uno de los relatos que escribe Pedro Alfonso en su libro Disciplina clericalis. Como en otras historias del libro, el autor se sirve de los animales para presentar sus enseñanzas.

Dijo un árabe a su hijo: «Si ves que alguno se encuentra metido en asuntos malos, no te mezcles, pues suele pasar que el que suelta péndulo lo ve caer sobre él».

Ejemplo del hombre y la serpiente

Alguien que pasaba por un bosque vio una serpiente a la que algunos pastores habían atado a unos palos luego de forzarla a dejar su contorsión natural; el caminante, después de soltarla la calentó y la serpiente, una vez caliente, comenzó a enrollarse alrededor de su salvador, hasta que estuvo a punto de ahogarlo. Entonces el hombre le dijo: «¿Qué haces? ¿Por qué devuelves mal por bien?». A esto la serpiente respondió: «No hago sino lo que corresponde a mi naturaleza». Dijo él: «¿Te hice un bien y me lo pagas con un mal?». Mientras discutían así, llamaron como árbitro a una zorra y le contaron todo lo sucedido. Entonces dijo la zorra: «No puedo juzgar esta causa solo de oídas, si no veo, primero, con mis propios ojos, lo que ocurrió». Fue atada la serpiente como estaba antes. «Ahora –le dijo la zorra– escapa si puedes; y tú hombre, no te ocupes de desatar serpientes. ¿No sabes que quien suelta el péndulo lo ve caer sobre él?».

¿Cuál crees que es la enseñanza de este cuento? Busca en la red otros relatos similares, fábulas protagonizadas por animales. Fíjate en su nacionalidad y por quién y cuándo fueron escritos. Verás que los hay de autores muy antiguos, de la Grecia clásica (Esopo), y más modernos, de los siglos XVII y XVIII (La Fointaine, Iriarte, Samaniego).

¿Te acuerdas de algún cuento que te contaran de niño protagonizado por animales? ¿Tenían esos cuentos, como el de Los tres cerditos, moralejas o enseñanzas?

Una parte de los relatos de Disciplina clericalis está dirigida a ejemplificar la maldad de las mujeres. Esta actitud antifeminista, de gran popularidad en la época, es muy común en la tradición cuentística medieval europea así como en los textos bíblicos y en los de origen oriental.

Averigua dónde se escribió y de qué trata el libro de Las mil y una noches. ¿Ves alguna relación con los cuentos de Pedro Alfonso?

Influencia de Pedro Alfonso

Repercusión posterior de su obra

Su obra Dialogo contra los judíos fue utilizada como referente intelectual contra el judaísmo en los siglos posteriores. En cuanto a la Disciplina clericalis, sus relatos fueron recogidos de manera más o menos literal en otras exitosas recopilaciones de cuentos en la península Ibérica, como El conde Lucanor del infante Don Juan Manuel o el Libro del Buen Amor del Arcipreste de Hita, e influyeron de manera determinante en la obra posterior de célebres escritores de toda Europa como Bocaccio, Dante Alghieri, Chaucer, Cervantes o Lope de Vega.

Localiza algún fragmento de El conde Lucanor o del Libro del Buen Amor que se pueda poner en relación con las publicaciones de Pedro Alfonso.

De su obra científica solo nos han llegado cuatro capítulos de unas tablas astronómicas precedidas de una introducción y un prólogo, publicadas en 1115. Con sus escritos, sus traducciones y sus enseñanzas, Pedro Alfonso contribuyó a divulgar la ciencia árabe en Occidente. Se sabe que durante su estancia en Inglaterra, donde asombró a la corte al predecir un eclipse lunar, tuvo como discípulo a Walcher, clérigo y astrónomo. También pudo haber sido su pupilo Adelardo de Bath, considerado el difusor de las tablas astronómicas de Al-Jwarizmi.

Busca información en internet sobre esos científicos ingleses, propagadores en Occidente de las teorías orientales sobre la medición del movimiento de los astros y redacta unas breves biografías sobre los mismos.

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