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María Andresa Casamayor

La prosperidad a través de las matemáticas

Zaragoza, 1720 – 1780

La matemática zaragozana María Andresa Casamayor y de la Coma fue la primera mujer de la que se tiene noticia en publicar un libro de tema científico en España. Lo hizo durante la primera mitad del siglo XVIII y, a juzgar por el contenido de su obra y por la forma en que está expuesto, su intención fue la de «democratizar»el saber y dotar de instrumentos útiles a sus conciudadanos para que pudieran prosperar en sus tareas cotidianas.

Nacida a orillas del Ebro en 1720, el 30 de noviembre, el día de San Andrés (de ahí su nombre, que mal transcrito por un comentarista posterior se ha conocido hasta fechas recientes como Andrea), fue una de las mayores de nueve hermanos, hijos de un padre comerciante.

Vida

El Aragón en el que vivió esta pionera de la ciencia vivió una de las más florecientes etapas de su historia. Había dejado atrás los estragos de la Guerra de Sucesión y con la llegada de los Borbones al trono del país se fueron abriendo paso en él, poco a poco, las tesis de la Ilustración. Esa corriente cultural sostenía que había que combatir la ignorancia y la superstición, y acudir a la razón, la ciencia y la educación para impulsar el progreso económico y mejorar la sociedad.

Solo una minoría aceptó semejante ideario, que podía cambiar el orden social. Pero una elite acomodada lo asumió, entre ellos la familia de María Andresa, ya que esta recibió una esmerada formación, algo insólito para una mujer en la España de su tiempo. Durante su infancia, todavía no había en Zaragoza colegios femeninos y los mixtos eran impensables. Algunas privilegiadas disfrutaban de tutores privados. Pero, por lo común, las chicas solo recibían nociones de doctrina católica y labores domésticas. Aprender a leer y escribir, por ejemplo, se consideraba secundario.

Obra

María Andresa alcanzó un admirable nivel en las ciencias matemáticas y trabajó en complejos cálculos aritméticos para abrir nuevas vías de investigación. Sin embargo, en el primer libro que escribió abandonó esas complejidades para explicar de forma muy sencilla las operaciones más básicas: sumar, restar, multiplicar y dividir. Lo llevó a la imprenta en 1738, antes de cumplir los dieciocho años, y lo tituló Tyrocinio Artihmetico, es decir, aprendizaje aritmético.

Existían ya otras publicaciones con el mismo tema, aunque todas eran más difíciles de comprender. El libro de María Andresa aportaba ejemplos asequibles extraídos de la vida real en ámbitos como el comercio, la agricultura y la ganadería. Y, a su vez, incluía un completo conjunto de los pesos y medidas vigentes en Aragón (había multitud, cuyos valores variaban en algunos casos dependiendo de la comarca), así como de las diferentes monedas en curso (también multitud), con detalladas tablas de equivalencias.

Casandro Mamés de la Marca y Araoia

Como en esa época nadie se iba a creer que existiera un libro de matemáticas escrito por una mujer, tuvo que firmar el texto con un nombre masculino, Casandro Mamés de la Marca y Araoia, un anagrama del suyo propio. Esto es, trastocó el orden de las letras de su verdadero nombre para componer su seudónimo.

El libro lo dedicó al colegio de las Escuelas Pías zaragozanas, de las que «el autor» se reconocía discípulo. Y ahí puede estar otra de las claves de un texto en el que priman varios principios: ser accesible, didáctico, útil y ofrecer herramientas para prosperar. Los escolapios se instalaron en Zaragoza en 1731 y con ellos trajeron la primitiva filosofía de la orden, fundada en 1597, en Roma, por el oscense José de Calasanz: la educación gratuita de los más pobres, toda una revolución ya que podría provocar enormes cambios en la sociedad. Además, para que la formación permitiera a los alumnos ganarse el pan cuando alcanzasen la edad adulta, ponían especial atención en las matemáticas y en sus aplicaciones prácticas. Los poderosos vieron todo eso como una amenaza y trataron de eliminar la orden, que pasó por profundos baches, aunque finalmente se extendió por toda Europa y por otros continentes.

Al poco tiempo de editar su libro, falleció el padre de la joven matemática y la familia zozobró en un mar de deudas. Pese a ello, María Andresa nunca contrajo matrimonio ni buscó cobijo en la Iglesia, casi las únicas salidas viables de supervivencia para una mujer de su tiempo en sus circunstancias. Se puso a trabajar fuera de casa para subsistir, una excepción a la norma. Fue maestra de niñas en colegios públicos a cambio de un modesto sueldo.

Escribió otra obra, esta de matemática superior, hoy perdida. Ni ella ni sus hermanos, que la heredaron, la llegaron a editar, pues no resultaba rentable. Solo la pudieron leer algunos eruditos y curiosos, que la alabaron.

Poco más se sabe de esta zaragozana excepcional, a la que sabios de su tiempo dedicaron escasas pero elogiosas líneas. Disfrutó del saber y de su difusión en una época en la que ambas actividades estaban vetadas al sexo femenino. Y aun cuando se desconozcan la mayor parte de su trayectoria vital y de sus logros, no aparezca en ningún manual y nadie haya oído nunca mencionar su nombre, se trata de la primera mujer de ciencia española de la que se conserva obra publicada. Eso sí, oculta bajo un seudónimo masculino.

Referencias

  • Julio Bernués, Pedro J. Miana (2019): “Soñando con números, María Andresa Casamayor (1720-1780)”, Suma: Revista sobre Enseñanza y Aprendizaje de las Matemáticas, 91, pp. 81-86.
  • María José Casado Ruiz (2006): Las damas del laboratorio. Mujeres científicas en la historia. Barcelona: Debate.
  • R. Domínguez (1999): La enseñanza de las primeras letras en Aragón (1677-1812). Zaragoza: Mira.
  • Fico Ruiz (2017): Aragoneses olvidados. Zaragoza: Anorak.

Actividades didácticas

La educación de las mujeres del siglo XVIII

A medida que avanza el siglo XVIII y conforme se extiende la Ilustración, crece la preocupación entre las clases acomodadas por la educación de niños y jóvenes, tanto chicos como chicas. No obstante, la educación femenina no estaba regulada aún y era menos generalizada que la masculina.

Se continuaba con la costumbre del Antiguo Régimen de impartir una educación separada por sexos. Y existía una evidente diferencia entre las primeras escuelas elementales de chicas, tuteladas por organismos públicos que impartían las primeras letras a las clases bajas, y los colegios regidos por órdenes religiosas femeninas, para niñas de una posición social más elevada. En todos los centros, sin embargo, primaba la enseñanza de doctrina cristiana y labores domésticas, como costura y bordado.

Los colegios religiosos, con el tiempo, comenzaron a incluir también en sus enseñanzas nuevas materias como Aritmética, Geografía e Historia, Lengua y Música. Pero su número era escaso, por lo cual muchas aristócratas eran educadas por preceptores privados mientras que chicas de las clases medias aprendían en sus casas, supervisadas por sus madres. Entre las lecciones que recibían estaban el francés o el baile, impartidas por profesores contratados, que se anunciaban como tales en la prensa.

Busca información sobre la educación de las mujeres en el siglo XVIII y responde verdadero o falso a las siguientes afirmaciones:

En el siglo XVIII todas las mujeres recibían educación V F
Los estudios universitarios eran solo para los varones V F
Niños y niñas estudiaban las mismas disciplinas V F
Hombres y mujeres podían enseñar por igual V F
Las niñas podían recibir algún tipo de educación V F
La educación era obligatoria para los varones V F
La educación dependía de la voluntad y posibilidades de las familias V F
La Ilustración defendía la educación como único medio para alcanzar el conocimiento V F

 

Solución: 1-F / 2-V / 3-F / 4-F / 5-V / 6-F / 7-V / 8-V

Los escolapios en Zaragoza

Los escolapios son una orden religiosa fundada en Roma, en el siglo XVII, por el aragonés José de Calasanz, con la finalidad de educar a los niños pobres de la ciudad. En el año 1597 abrió la primera escuela popular gratuita de Europa y en 1622 la orden fue aprobada por la Iglesia.

Calasanz percibió la importancia de las matemáticas y la ciencia para el futuro y dio repetidas instrucciones para que ambas asignaturas se enseñaran en sus escuelas y para que sus maestros tuvieran una base más firme en esas materias ya que podían ayudar a prosperar en los negocios y en la vida a los alumnos.

En un principio, los colegios escolapios, como todos, estaban abiertos solo para los niños. No para las niñas.

La familia de Andresa era de clase acomodada y como tal proporcionó educación a sus hijos, pero también a sus hijas, con profesores privados. Como se ha dicho, Andresa pronto destacó en Matemáticas y se le ocurrió la manera de hacerlas más asequibles a todos.

Quién estudió en los escolapios

Algunos autores defienden que el propio Goya estudió en los Escolapios. ¿Sabes quién más estudió allí?

Aquí aparecen algunos de sus alumnos ilustres de esa época (incluso hay calles con sus nombres), busca algún dato sobre ellos.

José Palafox

Francisco Bayeu

Santiago Sas

Pedro María Ric

Otras mujeres matemáticas

Une estos nombres de mujeres matemáticas de la historia con su trabajo y su tiempo

Hipatia de Alejandría

337 – 415 d. C.

Siglo de las Luces Matemática y física francesa autodidacta. Fue una de las pioneras de la teoría de elasticidad. Bajo el pseudónimo de Antoine Auguste Le Blanc, firmó varios artículos enviados al matemático Joseph-Louis Lagrange.

Ada Lovelace

1815 – 1852

Actualidad

 

Matemática, astrónoma y filósofa. Comentó grandes obras de la matemática griega clásica. Es una de las primeras científicas que se conocen.

Mariam Myrzakhani

1977 – 2017

Tardorromana Matemática y programadora británica escribió el primer algoritmo para una máquina analítica, por lo que se le considera la madre de la informática y la programación.

Sophie Germain

 1777 – 1831

Revolución Industrial Matemática iraní, fue la primera mujer ganadora de la medalla Fields, considerado el premio Nobel de las Matemáticas. Sus contribuciones más importantes a la ciencia son en el campo de la Geometría.

 

Solución: 1-C-II / 2-D-III / 3-B-IV / 4-A-I

Busca más información sobre ellas y describe en qué entorno desarrollaron su actividad como científicas. Compáralo con el de María Andresa.

¿Cual es la que presenta mayores semejanzas con nuestra protagonista? ¿Por qué?

¿Hay en tu familia alguna mujer que trabaje en tareas científicas? ¿Sabes a qué se dedica?

La obra de Andresa y su firma

Andresa escribió con 17 años su primer libro y el único conservado Tyrocinio Artihmetico (aprendizaje aritmético) y, a diferencia de otros manuales de la misma época, se caracteriza por su finalidad claramente didáctica y práctica. Como se ha comentado en el texto:

aportaba ejemplos asequibles extraídos de la vida real en ámbitos como el comercio, la agricultura y la ganadería. Y, a su vez, incluía un completo conjunto de los pesos y medidas vigentes en Aragón (había multitud, cuyos valores variaban en algunos casos dependiendo de la comarca), así como de las diferentes monedas en curso (también multitud), con detalladas tablas de equivalencias.

Busca algunas medidas de peso, longitud y capacidad usadas en Aragón en el siglo XVIII, como la arroba, la fanega, el cahíz, la libra, el alquez, el cántaro o la vara. Busca también algunas de las monedas que existían en Aragón en la misma época, como la libra jaquesa.

¿Has encontrado muchas? Resultaba práctico conocer su equivalencia para no ser engañado en los negocios, ¿verdad?

Casandro Mamés de la Marca y Araioa es el seudónimo utilizado por Andresa para firmar su primer libro y único conservado. Lo tuvo que hacer con un nombre de varón pues nadie hubiese creído en esa época que una mujer era capaz de escribir un libro de Matemáticas. Ese seudónimo conforma un perfecto anagrama de su nombre completo, las mismas letras que lo componen distribuidas en diferente orden.

CASANDRO MAMÉS DE LA MARCA Y ARAIOA

CASANDRO MAMÉS DE LA MARCA Y ARAIOA   MARÍA

CASANDRO MAMÉS DE LA MARCA Y ARAIOA   ANDRESA

CASANDRO MAMÉS DE LA MARCA Y ARAIOA   CASAMAYOR

CASANDRO MAMÉS DE LA MARCA Y ARAIOA   DE LA

CASANDRO MAMÉSDE LA MARCA Y ARAIOA   COMA

¿Sabes qué es un anagrama? Intenta formar un anagrama con las letras de tu nombre completo. Verás cómo no resulta nada fácil.

 

Como complemento a estas actividades se recomienda la visualización de estos documentales

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