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Ana Abarca de Bolea

Entre el recogimiento y la excelencia literaria

Zaragoza, 1602 – Casbas, 1686

Ana Francisca Abarca de Bolea y Mur nació en el seno de una influyente familia de la nobleza aragonesa afincada en Zaragoza, Huesca y Siétamo. A ese linaje ilustre pertenecería, muchos años después, el conde de Aranda. Hija del escritor, humanista y poeta Martín Abarca de Bolea y de Ana de Mur, con tres años fue llevada al monasterio cisterciense de Santa María de la Gloria en Casbas, al pie de la sierra de Guara, donde había de transcurrir toda su vida.

Este monasterio contaba con una prestigiosa escuela femenina; ahí la pequeña recibió una esmerada educación religiosa y humanística. Después de sufrir, todavía adolescente, la temprana muerte de sus padres, prosiguió su formación y profesó como monja de clausura desde los veintidós años, ejerciendo como maestra de novicias. Ana Abarca es una mujer autodidacta y erudita, interesada siempre por aprender y por ocupar de forma creativa el tiempo que le dejan libre sus obligaciones religiosas: pinta, estudia, borda, lee, hace música y escribe.

Vida

En la década de 1640 inicia contactos muy interesantes con círculos culturales e intelectuales de Huesca y Zaragoza: mantiene correspondencia con el cronista de Aragón Juan Francisco Andrés de Uztarroz y con otras personalidades de la época y se anima a presentar composiciones propias a certámenes literarios, como el que se convocó en 1646, con carácter fúnebre, con motivo de la muerte en Zaragoza del príncipe Baltasar Carlos, hijo del rey Felipe IV. Un soneto de la monja se hizo acreedor al tercer premio.

Por estos años, Ana Abarca de Bolea empieza a relacionarse con el grupo radicado en Huesca en torno al mecenas y erudito Vincencio Juan de Lastanosa. Trata a Baltasar Gracián, al canónigo de la catedral de Huesca Manuel de Salinas, al poeta Francisco de la Torre, al historiador fray Jerónimo de San José. Las relaciones con ese círculo son en su mayoría epistolares, pero también recibe ocasionalmente visitas en el monasterio, durante alguna estancia veraniega en el castillo de Siétamo y realiza alguna visita personal a Zaragoza y Huesca.

Obra

En 1650, su sobrino Luis Abarca de Bolea, marqués de Torres, gran aficionado a la poesía, promovió un certamen con motivo de la boda entre Felipe IV y Mariana de Austria. La monja escritora presentó un poema sobre la Purificación de la Virgen que obtuvo el segundo premio y se incluiría más tarde, con variaciones, en Vigilia y Octavario de San Juan Bautista. Cinco años más tarde, en 1655, se publica en Zaragoza su primera obra: Catorce vidas de la orden del Císter. Durante esos años mantuvo una crónica reseñando los acontecimientos sucedidos en el convento. En 1671 se publica la Vida de la gloriosa Santa Susana Virgen y Mártir, parece ser que en paralelo estaba preparando otros textos dedicados a la Virgen de Gloria y a san Félix de Cantalicio que no llegaron a publicarse y cuyos manuscritos han desaparecido.

Casbas

Entre 1672 y 1676, Ana Abarca fue abadesa del monasterio de Casbas: un cargo importante que implicaba no solo la dirección espiritual, sino la gestión de una enorme propiedad, que comprendía bastantes lugares, villas y castillos. Le tocaba ejercer esa jurisdicción como sucesora de la condesa Oria de Pallars, fundadora del monasterio a finales del siglo XII.

Liberada de responsabilidades, en 1679 publica su obra más creativa, Vigilia y Octavario de San Juan Bautista. Se trata de un libro misceláneo que contiene textos de géneros muy variados en prosa y en verso. Dos breves novelas (La ventura en la desdicha y El fin bueno en mal principio) están incluidas en el marco de un diálogo pastoril en el que también se cuentan anécdotas y se recitan romances y canciones: de esta forma se recoge la mayoría de los poemas que la autora escribió durante su vida. Una poesía de carácter sacro y popular, donde también destacan testimonios literarios con rasgos lingüísticos del aragonés.

Ya anciana, en sus últimos años, su sobrina Francisca Bernarda le sirvió de apoyo. Por entonces tuvo la satisfacción de ver terminado el retablo barroco de la Virgen de Gloria costeado por ella. No se tiene constancia exacta de su fallecimiento, pero parece que este debió de producirse en torno a 1686.

Referencias

Actividades didácticas

En 1647 se publica en Huesca El Discreto de Baltasar Gracián, financiado por Lastanosa, y el mecenas envía un ejemplar a Abarca. Esta escribió una décima en elogio del libro.

¿Qué es una décima?

Estrofa de diez versos octosílabos aconsonantados
Sr. D. Juan Vincencio Juan de Lastanosa, muy señor mío:
Merced divina y humana
ha sido enviarme El Discreto
y de verdad os prometo
he quedado muy ufana.
Es obra tan soberana
y tanta su discreción,
que llega a hacer un varón
tal, que el mundo viene a creer
del cielo ha de descender
quien tiene tal perfección.

 

Lastanosa le devolvió otra décima cuyos versos terminaban con la misma palabra que los versos del poema de la monja:

De que estimes tan humana
el librito del Discreto
mi voluntad te prometo
que ha quedado muy ufana.
Tu décima soberana
parto de tu discreción,
es pasmo a todo varón,
tal que el mundo viene a creer
que debe de descender
del cielo tal perfección.

 

Y, para finalizar, ella respondió con otro poema que disponía las últimas palabras de cada verso, pero en orden contrario.  

Sr. D. Juan Vincencio Juan de Lastanosa, índice de lo criado:
Del cielo tal perfección
sólo puede descender,
así lo he llegado a creer
viendo en ti tanto varón.
Admira tu discreción,
que la que es más soberana,
si la alcanza, queda ufana.
Yo de verdad te prometo
te venero por discreto,
mas no es mucho, soy humana.
Su servidora de V.M. Doña Ana Fca. Abarca de Bolea y Mur

Los manuscritos originales de esta correspondencia poética amistosa están custodiados en Nueva York, en la Hispanic Society of America, y los reprodujo M.ª Ángeles Campo Guiral en su artículo “Tres poemas inéditos en torno a El Discreto de Gracián”, en la revista Alazet (número 3, de 1991, páginas 107-114).

Como suele pasar con muchas anécdotas, esta nos sugiere muchas cosas. Este cruce de poemas nos habla de sensibilidad compartida y generosidad, de la poesía como juego, de la creatividad como entretenimiento sencillo, como elemento de trato amistoso y cordial. ¿No te parece que hoy día, de una manera o de otra, también seguimos un poco esa dinámica? ¿Te intercambias memes, chistes, gracietas con tus amigos y amigas? ¿Tenéis códigos que otros, sobre todo los mayores, no conocen?

Al año siguiente, Gracián nombra a Ana Abarca de Bolea y a su padre en términos de alabanza en su Agudeza y arte de ingenio. El jesuita aragonés la incluye como ejemplo en su capítulo dedicado a “la agudeza nominal”, hablando de “la muy noble e ilustre señora doña Ana de Bolea (…) compitiéndose la nobleza, la virtud y su raro ingenio, heredado del insigne y erudito don Martín de Bolea, su padre”.

Autora en lengua aragonesa

Ana Abarca de Bolea no es la primera escritora “culta” que traslada elementos populares a unas formas literarias más elaboradas. Pero sí es la primera que lo hace en Aragón y con el aragonés. La lengua romance que, en el siglo XVII, pese a su retroceso, seguía estando presente en manifestaciones populares a través de la transmisión oral, toma cuerpo literario en la obra de la monja de Casbas.

Ya hemos hablado de su Vigilia y Octavario de San Juan Bautista: una obra miscelánea, de ficción, que combina formas y contenidos muy diversos dentro de un marco de diálogos pastoriles ambientados en el Moncayo (tomando distancia, pero a la vez familiarizando el ambiente con la sierra de Guara más cercana a ella). Los protagonistas combinan la oración en honor de San Juan Bautista con diferentes entretenimientos más mundanos, entre comidas, canciones, villancicos, danza, chistes, etc. Todo eso sirve a la autora para reunir abundantes y variados materiales literarios sin relación alguna. Lo hace con erudición e ingenio (algunos especialistas detectan la huella de Góngora). Entre los muchos escritos poéticos aparecen tres composiciones en aragonés. Dos de ellas son de tema navideño (“Albada al Nacimiento” y “Bayle pastoril al Nacimiento”) y la otra se dedica a alabar, en boca de un campesino y con toque humorístico, las festividades que para celebrar el Corpus se hacían en Zaragoza (“Romance a la procesión del Corpus”).

Además de otros contenidos muy recomendables que pueden llamar a tu curiosidad… en las páginas 65 y 66 puedes leer sobre algunas manifestaciones literarias en el siglo XVII y, más en concreto (páginas 78-79) saber un poco más de Ana Abarca de Bolea, así como leer un fragmento del “Bayle pastoril al nacimiento”. Se entiende bien, ¿verdad? Es un aragonés con bastantes castellanismos, pero sí que hay palabras que te llamarán la atención: ¿puedes seleccionar alguna que te cueste entender?

Los últimos versos de este “Bayle…” son:

Si con ramos y sonajas / oy a Belén acudimos / rajas abremos de hazernos / baylando con regocijo

¿Qué te sugieren? Llama la atención que una monja de clausura escriba en un tono tan festivo y desenfadado, hablando de alegrías y placeres… Sucede que las cosas no son ni blancas ni negras.

La “Albada al Nacimiento”

¿Qué es una “albada”? ¿Con qué momento del día se relaciona? ¿Has oído hablar de alguna otra “albada”? Busca información.

La «Albada al nacimiento» consta de ochenta versos distribuidos en veinte coplas arromanzadas (octosílabos, rimando en asonante los versos pares) y es de tema navideño, y delata costumbres del folclore (“cantada por Ginés y Pascual al uso de su aldea y son de la gaita”). Son ochenta versos de espíritu religioso, sin rebuscamientos, más bien con sencillez, candor y sensibilidad, mostrando una abundancia verbal y riqueza expresiva,

Estas son sus primeras estrofas:

Media noche era por filos,
as doce dava el reloch,
quando ha nagido en Belén
vn mozardet como vn sol.

Naçió de vna hermosa Niña,
virgen adú que parió,
y diz que dexó lo cielo
por este mundo traydor.

Buena gana na tenido
pues no len agradejón
aquellas por qui lo fizo
y bien craro lo beyó

En fin, naçió en vn pesebre,
como Llucas lo dizió,
no se enulle si le dizen
que en as pallas lo trobón.

Mini vocabulario: por filos: en punto # adú que: aunque # dexó: dejó # fizo: hizo # veyó: vio # enulle:enoje # trobón: encontraron

La autora no parece tener una noción muy clara de que lo que emplea sea “lengua aragonesa” identificada como tal, pero lo importante es su legado que transmite y al que se puede dar validez como un elemento fundamental que aporta riqueza al patrimonio aragonés. ¿Te suena alguna canción, conoces palabras, en aragonés? ¿Sabes de alguien que hable en esa lengua? Ponedlo en común.

La morada de Ana Abarca de Bolea. Una visita al monasterio de Casbas

Habrás oído hablar, y tal vez hayas visitado, el monasterio de Piedra, el de Veruela, quizá también el de Rueda… Busca algún elemento común a todos ellos: ¿A qué orden, a qué estilo artístico, pertenecen estos monasterios? ¿De dónde procede y en qué época se implanta en Aragón ese estilo?

Cisterciense, procedente de Francia, segunda mitad del siglo XII, transición entre románico y gótico.

Menos conocido, el monasterio de Nuestra Señora de Gloria de Casbas es una de las más interesantes muestras del arte cisterciense. En los tiempos de Ana Abarca de Bolea, este convento estaba en una situación espléndida. Hoy día, aún puede apreciarse aquella grandeza. A media hora escasa de Huesca, y en un entorno muy singular, una visita permite conocer el entorno en el que la monja escritora llevó casi toda su existencia. Es recomendable informarse previamente acerca de accesibilidad y posibilidades de visita:

Actualmente se encuentra en un proceso de remodelación, en espera de rehabilitación, con posibles cambios de titularidad y diferentes proyectos en torno a ese importante enclave. El tiempo nos dirá si el recuerdo de la monja escritora, la mujer que combinó la clausura con el mudo circundante, sumergiéndose en canales de sociabilidad y creatividad… podrá tener un lugar digno donde habitar. El 1 de julio de 2022 se inauguró en sus dependencias el Zentro d’Interpretazión de l’aragonés “Ana Abarca de Bolea”.

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