Seleccionar página

Odón de Buen y del cos

La ciencia y la libertad de pensamiento

Zuera, 1863 – México, 1945

El hijo de Petra del Cos y Mariano de Buen, sastre en Zuera, nació a trescientos kilómetros del mar. Muy dotado para el estudio, el Ayuntamiento de su pueblo le becó para que pudiese hacer el bachillerato en Zaragoza. La familia también hizo un gran esfuerzo: se trasladaron todos a la capital, donde su padre obtuvo un empleo de acomodador en el Teatro Principal. El joven Odón impartía clases particulares para completar ingresos. Terminó bachillerato con matrícula de honor y, de nuevo becado, marchó a Madrid a estudiar Ciencias Naturales. Sentía especial predilección por esa materia desde que un amigo le regalase el Tratado de plantas de Aragón del gran botánico de Samper de Calanda Francisco Loscos.

Se inició en el estudio de la petrografía, mientras seguía dando clases particulares (tuvo como alumno al futuro dictador Miguel Primo de Rivera) y asistiendo a trabajos de campo en la sierra madrileña. Sus trabajos botánicos quedarían plasmados en sus Anales de Historia Natural (1883). Junto a Vicente Castelló creó el Anuario Científico Español.

Vida

Tras morir su padre durante la epidemia de cólera de 1885 y hacerse cargo de la familia, el joven naturalista fue seleccionado para una expedición científica a bordo de la fragata Blanca. Concebido como instrucción para guardamarinas, el viaje se planteó en dos fases: por el norte de Europa y por el Mediterráneo. Recogió muestras de especies que clasificó y forjó su vocación oceanográfica, como contaría más tarde en su libro De Kristianía a Tuggurt:

Adquirí en aquel viaje la orientación definitiva para mi vida personal futura. Me encontré con el mar y lo contemplé: magnífico, imponente y despreciando la insignificancia de nuestro barco de madera. Encontré hombres expertos, conscientes de la superioridad de la inteligencia humana. Sentí un ansia insaciable para conocer los secretos ocultos bajo las olas y las causas del origen de la vida en los océanos. Tomé la decisión de dedicarme a la oceanografía, que entonces estaba en sus inicios.​

Obra

A la vuelta, optó por un puesto universitario. En 1889 (el mismo año de su boda con Rafaela Lozano) ganó la cátedra de Zoología en la Universidad de Barcelona, donde desarrolló su trabajo hasta 1911, impulsando la enseñanza de las ciencias de forma notable: consiguió material científico avanzado, estableció prácticas de laboratorio y salidas al campo y defendió la explicación de los fenómenos naturales a partir del evolucionismo. De ideas progresistas, avanzadas y republicanas, colaboró en la revista Las Dominicales del Libre Pensamiento que dirigía su suegro Fernando Lozano (Demófilo). Más tarde se implicaría con la Escuela Moderna dirigida por Francisco Ferrer Guardia: colaboró con su Boletín, se integró en su patronato, impartió conferencias y escribió libros de texto para ese innovador proyecto pedagógico.

Historia Natural

Su Historia Natural (zoología, botánica y geología) ilustrada, muy popular en España y en algunos países sudamericanos, desató las iras de los sectores más conservadores. La Iglesia católica la incluyó en el Índice de libros prohibidos, mientras su defensa y divulgación de los principios evolucionistas de Darwin llevó a que el obispo de Barcelona (más tarde cardenal) Salvador Casañas le excomulgase: en 1895 se le separó de la cátedra y, entre fuertes corrientes de protesta (los estudiantes llegaron a apedrear la residencia del obispo), De Buen trasladó sus clases al Centro Federal continuando con sus salidas al campo, hasta que el Gobierno le devolvió la cátedra. Fue elegido concejal en el Ayuntamiento de Barcelona en 1903 y cuatro años más tarde fue senador.

Gracias a su labor se crearon laboratorios biológicos marinos en Mallorca, Málaga, Vigo y Santa Cruz de Tenerife, fundamentales para la formación de generaciones de oceanógrafos. Diferentes campañas marítimas desde 1908 a bordo del buque Averroes, le permitieron trazar cartas de navegación, estudiar los fondos del estrecho de Gibraltar y analizar la fauna y la flora mediterráneas.

En 1911 se traslada a la Universidad de Madrid: desde la cátedra de Mineralogía y Botánica, hasta su jubilación en 1934, prosiguió su obra pedagógica en defensa de una enseñanza científica, integral y experimental. Publicará obras como Origen de los mares y Metamorfosis de los animales marinos. Su labor fue decisiva para la fundación en 1914 del Instituto Español de Oceanografía.

Amigo de Santiago Ramón y Cajal y del escultor valenciano Mariano Benlliure (que le hizo un busto), su prestigio internacional es creciente y le lloverán reconocimientos y condecoraciones. En 1919 participa en la Conferencia Internacional para la Exploración Científica del Mediterráneo y diez años más tarde preside el Congreso Internacional de Oceanografía que se celebró en Sevilla. Intervino en el Consejo Internacional para la Exploración del Mar y en el Consejo Oceanográfico Iberoamericano entre otras muchas organizaciones científicas.

Cuando estalló la Guerra Civil, Odón de Buen estaba en el laboratorio de Palma de Mallorca. La isla quedó en manos de los sublevados, que le encarcelaron durante un año, hasta su liberación por el Gobierno republicano en un canje con familiares de Primo de Rivera. Para entonces, su hijo Sadí, médico y brillante investigador contra el paludismo y la malaria, había sido asesinado en Córdoba por los insurgentes. Vivió hasta el final de la guerra en Barcelona, donde presidió el Consejo Superior de Cultura , y desde ahí se desplazó a Francia. En Banyuls-sur-Mer, sede de un laboratorio marino con el que De Buen había colaborado durante toda su vida profesional, murió su esposa.

Algunos de sus hijos se habían exiliado a México, y en 1941 se reunió con ellos. Colaboró con la Universidad Autónoma y publicó en prensa artículos sobre ciencia y política. Murió en ciudad de México en 1945. Sus restos volvieron a Zuera varias décadas después. Desde 2003, Odón de Buen descansa en la villa que tanto le dio, a la que siempre tuvo en corazón y mente, y de la que es hijo predilecto.

Referencias

Actividades didácticas

El pueblo de Odón de Buen

Odón de Buen era de Zuera, a menos de treinta kilómetros de Zaragoza.

Sitúa Zuera en un mapa de Aragón.

Hoy día esa distancia se salva en unos minutos, pero hace ciento cincuenta años… eso era otra cosa. Para poder seguir sus estudios después de la escuela primaria, necesitó una beca del Ayuntamiento y su familia se desplazó con él a la capital aragonesa. Esto nos da idea de la gran confianza de los suyos en su valía como estudiante y hasta qué punto era importante para ellos su futuro profesional en una época en la que estudiar no estaba al alcance de la mayoría.

Mientras cimentaba su carrera profesional, Odón escribía en prensa librepensadora y publicó una serie de artículos pedagógicos titulada “Cartas a un labrador”, dirigidas a un ficticio amigo de Zuera. Una de las cosas que decía era esta:

A ti no debe extrañarte que yo sea naturalista; sabes que he nacido en el campo y me he criado entre el verdor de los chopos y los frutales que rodean nuestro pueblo natal, que se reflejan en las aguas purísimas del Gállego. Sabes que he dormido más de una siesta entre las espigas doradas que aplasta el trillo para sacar el rico grano, convertido más tarde en el blanco pan de nuestros hogares, y que, en vez de respirar el húmedo y enmohecido aire de los claustros, he procurado siempre llenar mis pulmones con el aire de nuestras huertas, perfumado en primavera por el aroma salvaje de las rosas, los jazmines y las madreselvas.

Si vives en una ciudad, ¿tienes algún pueblo, de tus padres, de tus abuelos, al que vayas para vacaciones, fiestas o fines de semana? Si es así, o si vives en una localidad más pequeña, ¿hay rincones o lugares que te gusten especialmente, en los que te sientas a gusto? Compartid recuerdos o experiencias en clase.

Nunca perdió el contacto con su pueblo de origen. Durante su vida, pasaba temporadas de descanso en Zuera. Se sentía en deuda con sus vecinos y, gracias a su relación personal desde antiguo con el dictador Primo de Rivera, consiguió la construcción de unas nuevas escuelas.

En su testamento había dejado escrito que, fiel a sus ideas librepensadoras, deseaba un entierro civil y ser alojado, cuando fuese posible, junto a los restos de su esposa. En 2003, sus restos fueron llevados a un mausoleo en el cementerio de Zuera (tres años más tarde, Rafaela sería traída desde Francia), y el Ayuntamiento, junto a otras instituciones provinciales y autonómicas, le hizo varios homenajes, editó obras suyas, etc.

¿Crees que Odón de Buen supo corresponder a la generosidad de sus vecinos? ¿Piensas que Zuera ha sabido reconocer la valía de este hijo suyo?

A finales de 2021 se presentó en Zuera la Fundación Odón de Buen, recogiendo el testigo del Centro de Estudios que, con el nombre del sabio zufariense, viene trabajando desde tiempo atrás. El objetivo de esta Fundación es el estudio y difusión de la vida y obra de Odón de Buen y del Cos, así como continuar con su labor mediante la investigación y divulgación de las materias en las que centró su labor.

Entre estos refranes o dichos, algunos se ajustan más a la gratitud y la generosidad, mientras otros inducen a desconfianza. ¿Cuáles se ajustarían más a la experiencia de Odón de Buen?

  1. Es de bien nacidos es ser agradecidos
  2. No muerdas la mano que te da de comer
  3. Cría cuervos, que te sacarán los ojos
  4. Quien mucho da, mucho recibe
  5. Gracias y buen trato valen mucho y cuestan barato
Sin duda, el 1; también el 4 y el 5; para nada: el 2 y el 3.

El viaje iniciático

La fragata Blanca, en la que se embarcó Odón de Buen para el viaje que le decantó definitivamente hacia la oceanografía, había sobrevivido a la batalla del Callao.

Busca información: ¿dónde y cuándo tuvo lugar esa batalla? ¿En qué mar? En qué conflicto se enmarca?

Puerto del Callao, en Perú (Océano Pacífico), el 2 de mayo de 1866, dentro de la guerra hispano-sudamericana que enfrentó a España con Perú, Chile, Ecuador y Bolivia.

En ese buque, emprendió una expedición científica que se desarrolló en dos fases: una por el Mar del Norte y la otra por el Mediterráneo. Como hombre de ciencia aficionado a la escritura y con buena pluma (cosas que son perfectamente compatibles), plasmó la aventura en su libro De Kristianía a Tuggurt.

Busca información y asigna cada lugar de los que visitó Odón de Buen a uno de los dos ámbitos: Mar del Norte y Mar Mediterráno, indicando el país en el que se encuentran actualmente:

Kristianía (Oslo) / Villefranche-sur-Mer / Tuggurt / Copenhague /

    • Mar del Norte: Kristianía (Noruega), Copenhague (Dinamarca)
    • Mar Mediterráneo: Villefranche (Francia), Tuggurt (Argelia)

Ya que estamos hablando de misiones científicas que tuvieron un carácter “precursor”, nos encontramos con otro viaje que tuvo lugar cincuenta años antes que la expedición del Blanca. En aquella ocasión, otro naturalista, en este caso inglés, empezó a vislumbrar una importante teoría científica de la que, precisamente, Odón de Buen será un firme defensor. Completa este párrafo con las palabras que faltan:

Charles Darwin se embarcó en el buque … (1) …. Partió del puerto inglés de … (2) … en 1831 y regresó en … (3) …. En esos cinco años alrededor del mundo tomó notas de todo lo que vio: fauna, flora, restos fósiles, nuevas especies, fenómenos que le llamaron la atención, etc. Todo ese trabajo, del que fue enviando crónicas periódicamente, lo maduraría durante mucho tiempo hasta la publicación en 1859 de su gran obra: … (4) … Ese libro es la base de la Teoría de la … (5) …, revolucionaria y polémica en su momento, y hoy día incuestionable.

(1) HMS Beagle; (2) Plymouth; (3) 1836; (4) El origen de las especies; (5) Evolución

 

Odón de Buen descubrió y clasificó algunas especies marinas cuyos nombres, en descripción latina, suenan un poco a trabalenguas, y que incorporan el apellido de este sabio. Se trata de dos isópodos (Metopontus Bueni y Porcelio Bueni) y un góbido (Odondebuenia balearica).

Investiga: ¿qué son los isópodos, qué son los góbidos?

El exilio de los científicos… y la ciencia salvadora

Odón de Buen tuvo que marchar de España ya anciano, aunque muy activo intelectualmente. La ideología dominante tras la victoria en la Guerra Civil de los sublevados contra la República era incompatible con su pensamiento y su trayectoria política, social y cívica. El exilio fue una dolorosa experiencia compartida por muchos científicos que, al calor de iniciativas como la Junta de Ampliación de Estudios, y gracias al impulso y la gestión de gentes como el propio Odón de Buen y otros muchos (entre ellos Santiago Ramón y Cajal) había dado un impulso notable a la ciencia en España en las primeras décadas del siglo XX. Los ideales de modernización quedaron truncados a partir de 1939.

Los principales destinos de los científicos exiliados fueron Francia y México (precisamente los dos países a los que fue Odón de Buen), pero también Venezuela, Estados Unidos, Argentina, Cuba y la Unión Soviética. Más de trescientos eran catedráticos de universidad, quinientos eran médicos y más de un centenar científicos y profesionales de otras áreas: químicos, farmacéuticos, físicos, biólogos, antropólogos o matemáticos. Y además, cientos de investigadores en ciencias sociales y humanísticas.

Entre ellos, muchos eran aragoneses, al igual que nuestro protagonista. Documéntate sobre estos personajes y relaciona cada uno de ellos con la descripción y disciplina que mejor se le acomoda.

 

  1. Honorato de Castro                                                      a) Gran pedagogo nacido en Atea
  2. Santiago Hernández Ruiz                                           b) Museógrafo e historiador del arte
  3. Juan Vicéns de la Llave                                              c) Físico y matemático natural de Borja
  4. Rafael Sánchez Ventura                                             d) Bibliotecario y archivero zaragozano
Soluciones: 1-c; 2-a; 3-d; 4-b

 

No olvidemos tampoco el “exilio interior” que sufrieron intelectuales que pagaron su compromiso con la República y fueron depurados profesionalmente, apartados de sus cátedras, degradados de escalafón, etcétera. Entre ellos podemos destacar a dos aragoneses: Miguel Catalán (prestigioso físico y espectroscopista) y la insigne bibliotecaria, archivera, documentalista y lexicógrafa María Moliner. Eso, por no ahondar en otras profesiones relacionadas con la investigación y la docencia (maestros y maestras de escuelas, profesores y profesoras en institutos y facultades…), la comunicación y el periodismo, las artes y las letras… y sin olvidar finales aún peores que el exilio interior y exterior.

¿Encuentras algún paralelismo entre estas situaciones de hace ochenta años y más, y otras de nuestros tiempos, en otros lugares? ¿Qué guerras, qué conflictos, en qué lugares, se están dando actualmente? ¿De qué forma se percibe a los refugiados, a los perseguidos? ¿Tienen mucho protagonismo en la prensa?

Odón de Buen se reencontró en el exilio de México con algunos de sus hijos, que también desarrollaron brillantes carreras profesionales. De los seis “De Buen Lozano” que tuvo con Rafaela, Rafael y Fernando siguieron sus pasos en la oceanografía, Demófilo fue jurista, Víctor ingeniero, y Eliseo y Sadí se dedicaron a la medicina. Este último sufrió un trágico final, al ser asesinado en septiembre de 1936 por los insurgentes fascistas en Córdoba. Sadí de Buen era un prestigioso investigador en la lucha contra el paludismo y la malaria. La estructura que había creado se vino abajo, hasta tal punto de que, en opinión de muchos especialistas, el principal problema sanitario en la España de la inmediata posguerra era precisamente la malaria, contra la que no existía una estrategia médica solvente.

La tragedia personal y familiar de Odón de Buen se entrelaza con algo que es una triste y real metáfora de lo que supuso la Guerra Civil en cuanto a pérdida de capital humano, de empobrecimiento en todos los sentidos, y explica de qué forma eso incidió en las condiciones y en la calidad de vida de las personas.

¿Te parece que frases como “La ciencia nos salva” o “Sin ciencia no hay futuro” pueden resultar un poco exageradas? ¿Puedes argumentar tu opinión? ¿Lo ves en relación con algún tema de actualidad?

La amistad por encima de todo

Odón de Buen tuvo amistad con personas con las que compartía sensibilidad e ideas (al menos en parte), como Santiago Ramón y Cajal o el anarquista Francisco Ferrer y Guardia, impulsor de La Escuela Moderna. A este último le pedía que huyese del adoctrinamiento fácil, pero congeniaba por completo con sus proyectos racionalistas y de renovación pedagógica.

Investiga acerca de la Escuela Moderna: ¿en qué consistía? ¿Qué le pasó a su impulsor?

Precisamente, en la Escuela Moderna coincidió con otro gran científico aragonés que, de ideas más conservadoras, mantendría siempre una gran integridad. Andrés Martínez Vargas, de Barbastro, es uno de los grandes impulsores de la pediatría moderna. Pese a sus diferencias ideológicas, Odón de Buen siempre mantuvo con él una buena relación. Y nunca perdió la amistad que inició muy joven con otra persona que estaba en sus antípodas de pensamiento: Miguel Primo de Rivera, militar dictador de España entre 1923 y 1929 con la conformidad del rey Alfonso XIII.

¿Te parece chocante que dos personas que piensan muy distinto puedan ser amigas?

En una recopliación de discursos suyos, Síntesis de una vida política y científica (Buenos Aires, 1944), Odón de Buen dice: “Tengo la satisfacción de poder afirmar que he merecido el respeto y aun el afecto de cuantos me han tratado, teniendo ideas diametralmente opuestas a las mías. Sólo los que no me trataron o los guiados por la pasión insana, que ciega, me combatieron y me persiguieron”.

Ideas, gestión, recuerdo… y una cita para terminar

Odón de Buen nunca renunció a sus ideas. Defendía la educación para todas las clases sociales (él mismo partía de su experiencia de niño pobre que pudo estudiar gracias al esfuerzo y la generosidad de otros) y practicaba con el ejemplo dando clases nocturnas a obreros y abriéndose desde la rigidez de la Universidad. Del mismo modo, era consciente de que la inversión en investigación era clave para el desarrollo económico: por eso, creía que sus estudios científicos podrían dar impulso a la industria pesquera, a criaderos y piscifactorías… que los herbarios de plantas marinas, estudios del plancton y análisis de contaminación ayudarían a todo ello.

Todo lo concebía dentro de una clara defensa de “lo público” y como base de una riqueza colectiva:

En el futuro la Oceanografía debe ser la base común de nuestro trabajo (…) ya que los océanos lo han sido todo en el pasado de la Tierra y dominan todavía. Como los océanos pertenecen a todos y nadie los posee, pertenecen a los más atrevidos pensamientos, a los espíritus científicos más emprendedores, a la labor humana más difícil y a la mejor organizada, a los pueblos más civilizados y a los más poderosos. Serán el campo de todos los esfuerzos de la ciencia y la exploración debe ser colectiva y su explotación racionalizada por acuerdos comunes. Aún conservan revelaciones científicas transcendentales e inexplorada riqueza. La Oceanografía es, pues, una ciencia internacional y siempre deberá ser así.

En ese sentido fue también un gestor que, no pocas veces, tenía que llamar la atención de quienes toman decisiones políticas.

Su prestigio internacional ayudó a ello. La relación de títulos y condecoraciones que recibió es larguísima: fue Presidente de Honor de la Societé Zoologique de France, doctor honoris causa por Burdeos, miembro de la Geographic Society de Washington, Gran Cruz de la Orden de Santiago portuguesa, Gran Oficial de San Carlos de Mónaco, Gran Oficial de la Corona italiana, Comendador de la Legión de Honor francesa… En España numerosas corporaciones académicas le honraron con sus distinciones.

Pero, curiosamente, quizá debido a su muerte en el exilio y al vacío de las décadas de dictadura en España… sigue sin ser suficientemente conocido. Como hemos visto, en Aragón han cambiado las cosas: Odón de Buen merece todavía mayor reconocimiento.

Además de sus obras científicas, divulgaltivas y didácticas, Odón de Buen escribió mucho más: hemos visto obras en diferentes registros: libro de viajes, memorias, ensayos (también una traducción de las memorias del revolucionario italiano Garibaldi y una biografía del gran economista ilustrado aragonés Jordán de Asso). Todo ello quedó muy dispoerso por las circunstancias del exilio, aunque también se han hecho avances (puedes ver muestra de ello entre las referencias que se muestran).

Pero quizá lo que mejor resume su actitud ante la vida, sea esta frase que recogemos de su testamento:

“Nuestra religión se cifraba en una gran rectitud de conciencia, en el culto del bien, de la familia, de la libertad, de la justicia y del trabajo. Hicimos todo el bien que nos fue posible; no hicimos a sabiendas mal a nadie”.

Odón de Buen, el republicano de los mares

Descarga desde este enlace el PDF de la publicación editada por la editorial Xordica con el patrocinio de la Obra Social de Ibercaja.

DIRECCIÓN GENERAL DE POLÍTICA LINGÜÍSTICA

Departamento de Educación, Cultura y Deporte

Parque Empresarial Dinamiza (Recinto Expo)
Avenida de Ranillas, 5D - 2ª planta
50018 Zaragoza
Tfno: 976 71 54 65

Colabora: